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Jon 3, 1-5.10, Sal 24. 2Cor 7, 29-31. Mc 1, 14-20

 “Síganme y los haré pescadores de hombres”

En las lecturas de hoy podemos descubrir un hilo conductor que nos invita a mejorar nuestra vida, Dios envía a Jonás al pueblo de Nínive, para que vaya y predique la conversión, en el evangelio Jesús va por toda Galilea predicando e invitando a la conversión.

Nuestro mundo es azotado por una pandemia, que ha paralizado todo y que ha cobrado miles de víctimas, muchos fallecen porque no tienen acceso a la medicina y así busca salvarse el que más oportunidades tiene. Existen pues, muchas pandemias que causan muerte: la pobreza, la indiferencia, la corrupción, la desigualdad, la injusticia.

En medio de toda esta realidad, hoy Jesús nos dice ¿qué significa ser cristiano? ¿qué significa seguirle?

Para seguir a Cristo, es necesario configurar nuestra vida con la de él, es asumir su estilo, su misión, su proyecto de salvación para toda la humanidad “Síganme y los haré pescadores de hombres” los discípulos dejándolo todo le siguieron, ¿por qué lo siguieron? Porque encontraron en Jesús, una luz, una esperanza, una coherencia de vida, se acercaba con él, el Reino de Dios.

Los discípulos de ser simplemente pescadores pasaron a ser mensajeros de la Buena Noticia, la salvación, la conversión, hasta dar su vida, porque se identificaron con el proyecto de Jesús.

La segunda lectura nos dice que la vida es corta, que en este mundo estamos de paso, puedo preguntarme y reflexionar:

• ¿Cómo está mi vida?
• ¿Qué estoy recibiendo? ¿Qué estoy dando?
• ¿Cómo está mi fe, mi seguimiento a Jesucristo? ¿Cómo me siento con los demás, especialmente con las personas que convivo?
• ¿Qué necesitaría mejorar?

Jesús, como lo hizo con aquellos discípulos que estaban en sus trabajos, hoy también nos dice a nosotros, Síganme y los haré pescadores de hombres, ¿seré capaz de dejarlo todo y seguirle? ¿asumiría el reto de llevar la Buena Nueva a todos, predicando con mis palabras, pero también con mi vida? Como dice la famosa frase, nadie da de lo que no tiene, no podemos predicar la conversión, si en nosotros no existe una experiencia o un deseo de ser mejores personas.

San Juan de la cruz dice que “al final de la vida nos examinaran en el amor”. La invitación de hoy es vivir amando y valorando a los que tengo a mi lado, siendo feliz y haciendo felices a los demás, dejar mi egoísmo, indiferencia y buscar la paz, la justicia, teniendo en cuenta que en este mundo estoy de paso, y que como Jesús debo pasar en este mundo haciendo el bien.

Para ello pidámosle al Señor con el salmo de este día, “Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. Descúbrenos, Señor, tus caminos. Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros”

Hna. Santy Martínez O.P

Provincia San Martin de Porres