NOTICIAS

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

29 junio, 2021

Marcos 6, 1-6

Dios sigue visitando a su pueblo

En el Evangelio de hoy, encontramos a Jesús en camino a su tierra natal junto a los discípulos, después de haberse ausentado durante mucho tiempo, para realizar su misión en diferentes lugares (Mc 6,1-6); de esta manera, con la visita de Jesús a Nazaret, el mismo Dios quiso visitar a su pueblo. Esta acción del Padre se sigue actualizando a través de las personas que son llamadas a llevar la presencia de Dios al mundo y es evidencia que el Dios de amor en el cual creemos, sigue confiando en sus hijos e hijas para ser testimonio de Él.

A la luz de esta verdad, cuando Dios llama, lo hace para que las personas elegidas sean instrumentos de salvación en medio de su pueblo. Este es el fundamento de la entrega de muchos hombres y mujeres que cotidianamente donan la vida para llevar mensajes de esperanza, de justicia y paz en medio de las realidades en las que vivimos actualmente. Esto significa que toda persona llamada por Dios debe tener fijos los ojos en su Señor (Sal 122), porque a Él es a quien sirve.

Podemos preguntarnos cuáles son las características de las personas llamadas por Dios. Lo más importante es contar con la gracia de Aquel que nos llamó, tal como afirma San Pablo en su segunda carta a los corintios “te basta mi gracia, porque mi poder se manifiesta en la debilidad” (2 Co 12,7-10). Por la fe creemos que su espíritu es el que entra en Ezequiel, le hace ponerse en pie, escuchar su voz y asumir el envío para el cual fue llamado: “comunicar su Palabra” (Ez 2,2-5). En este sentido el llamado de Dios se sostiene más allá de las debilidades humanas, San Pablo, llega a comprender que en medio de la soberbia que le invade, descrita como una espina clavada en su carne, prefiere gloriarse de sus debilidades, para que se manifieste en él, el poder de Cristo.

También podemos preguntarnos en qué le afecta a Dios la actitud del pueblo que recibe su Palabra. Al acercarnos al testimonio de Ezequiel, nos damos cuenta de que su envío es independiente a la rebeldía del pueblo; lo mismo sucede en el pueblo natal de Jesús, el Señor visita a su pueblo, aunque no pudo hacer ahí ningún milagro. Esto debe enseñarnos que la incredulidad de la gente no limita la bondad de Dios. Él sigue visitando a los que ama.

Por tanto, al contemplar a Dios visitando a su pueblo en este episodio de San Marcos, los que hemos escuchado su llamado, fijemos los ojos en las manos del Señor que habita en lo alto y confiemos en su gracia que se sumerge en nuestro interior a través de su Espíritu independientemente de las actitudes de los destinatarios de la Palabra que hemos recibido. Y los que escuchan el mensaje de la salvación por medio de quienes son enviados, en lugar de fijarse en las debilidades humanas, también fijemos los ojos en el Señor, pues siempre será condición indispensable para que Él obre sus milagros en nuestra vida.

Hna. Gloria Xol Chun

Provincia «San Martín»