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Queridas Hermanas:

Hemos llegado al final de nuestro XII Capítulo Provincial electivo.  Les podemos asegurar que hemos trabajado mucho buscando el bien de la Provincia. Como en todo Capítulo, pudimos vivenciar una verdadera experiencia dominicana de democracia y de libertad, donde cada una pudo expresar su palabra y abrirse al diálogo en el intento de buscar juntas el Bien Común.

Por supuesto que hubo discusiones…“lo nuestro es discutir” decía el recordado Maestro de la Orden fray Timothy Radcliffe y es cierto, es nuestra forma de buscar la verdad cuando estamos convencidas de algo, pero a la vez damos el espacio a las opiniones de otros, abiertas a “dejarnos convencer” por la escucha de nuevas razones.

De todo eso hubo en nuestro Capítulo, como en todos, pero resaltamos el ambiente de fraternidad sincera que en todo momento se mantuvo entre las capitulares. El clima y el lugar, tan verde, favorecieron una estadía en que hubo tiempo para la contemplación y el encuentro, y hasta algunas noches llegamos a tener entretenidas tertulias sentadas bajo el cielo estrellado.

La Priora General, nuestra “Hermana Nati” –como le decimos familiarmente-, con prudencia, firmeza y grandes dosis de realismo, nos animó a asumir cambios y a dar pasos necesarios para la renovación de la Provincia. Al cerrar el Capítulo, nos dejó unas inspiradas palabras. Vamos a compartir algunas de ellas:

“Hemos disfrutado de un tiempo de gracia por la fraternidad, la escucha común de la palabra de Dios y de las hermanas, el eco de la realidad, el esmero en la preparación de la Liturgia, el buen hacer y dedicación e interés de todas vosotras.

Hoy podemos dar gracias a Dios y sentirnos contentas porque nos ha permitido cumplir la misión encomendada de buscar, dentro de nuestras limitaciones pero confiadas en la actuación del Espíritu Santo, lo que Dios quiere para la Provincia…

Es oportuno dar gracias una vez más a las hermanas del Consejo saliente por la animación de la Provincia (…) y a las del nuevo Consejo, por su disponibilidad para asumir los cargos y la responsabilidad de animar la puesta en marcha de las determinaciones de este Capítulo, en comunión con todas las hermanas de la Provincia y de toda la Congregación. Al Espíritu de Cristo le pedimos que les ayude a ser buscadoras del bien de cada hermana y situación, mujeres de visión y largos horizontes, mujeres de comunión, donde la sabiduría y el amor hagan su morada y de ahí lo derramen a manos llenas…”

Continua nuestra Priora general exhortándonos a tomar estos trabajos capitulares como “camino hacia una vida evangélica y carismática más plena, una motivación y empeño más profundos para un compromiso de calidad humana y espiritual en la vida de las comunidades, en la reestructuración de las obras y comunidades, en la conciencia de la necesidad y urgencia de una pastoral vocacional específica más decidida, en el trabajo por la Justicia y la Paz, en la formación.”

Y termina animándonos a todas a que, tanto el Año de la Vida Consagrada como los Jubileos de la Misericordia y de la Orden y –cuando lleguen a todas las comunidades- el contenido de las Actas del Capítulo, “propicien un verdadero encuentro con Cristo” y nos lleven al “anuncio y realización de esta Buena Noticia en cada una de las plataformas de misión y a lograr que todas, en pie, despierten y prosigan su camino hacia esa Anunciata renacida para una evangelización audaz”.

No podemos contarles mucho más: si Dios quiere pronto se promulgarán las Actas del Capítulo y podremos ya planificar nuestra vida y misión desde las prioridades y orientaciones que allí se nos brindan. Nos esperan grandes desafíos en nuestra Provincia y, al terminar hoy este XII Capítulo Provincial electivo, sentimos que seguimos necesitando esa oración diaria al Espíritu Santo para vivir con espíritu abierto y disponible, mientras elevamos una Acción de Gracias al Señor que nos ha acompañado, animado y fortalecido en todos estos días.

 La cronista