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MENSAJE DE LA COORDINADORA INTERNACIONAL

¡Grande es la fidelidad de Dios!

A medida que avanzamos por la Cuaresma y nos acercamos a la alegre celebración de la renovación de la vida en Pascua, reflexionamos sobre el interminable amor y misericordia de Dios. La estación de la primavera, que acaba de comenzar, dirige nuestra atención a esta experiencia del amor renovador de Dios: « El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades… »  (Lamentaciones 3: 22.23).

Es con este conocimiento que avanzamos cada día confiando en que Dios está aquí con nosotros, a pesar de la destrucción de la vida que nos rodea, los sufrimientos experimentados en tantos lugares del mundo por la codicia, el odio, la búsqueda del poder y el control sobre recursos y personas y nuestras propias luchas para permanecer firmes en el amor que  llevamos a los demás. La temporada de  Cuaresma, así, nos ha dado la  oportunidad de renovar nuestro amor  y misericordia en nuestro propio abrazo de la fidelidad de Dios.

Ruego que estos artículos del Boletín acerca de nuestras hermanas en algunas partes del mundo donde hay mucho sufrimiento, te inspiren a encontrar esperanza y a experimentar solidaridad con las personas involucradas y con nuestras hermanas que caminan con ellas. Que su presencia y trabajo con los que sufren desplazamiento, hambre, privación de libertad, etc. sean un recordatorio renovador del amor incondicional y la misericordia de Dios.

Hna. M. Therese Clement, O.P. Coordinadora Internacional, DSI

(Boletín completo en el archivo adjunto)