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AMAZONIA COMO TEXTO, NO COMO PRETEXTO

13 febrero, 2020

Ha salido la esperada exhortación postsinodal sobre la Amazonia. A mi no me ha sorprendido que, el que supuestamente iba ser tema estrella del documento, a saber, la posibilidad de ordenar varones casados, no haya aparecido. Para muchos (lo que estaban a favor y los que estaban en contra) este era casi el único tema de interés. Si así hubiera sido, la Amazonia se hubiera convertido en un pretexto para dilucidar otro problema, propio de toda la Iglesia, como es la supuesta o real escasez de sacerdotes. Digo supuesta o real, porque sospecho que el problema del clero también es un problema de distribución.

En lo que respecta a la Amazonía el documento papal invita los Obispos latinoamericanos a suscitar vocaciones misioneras, a promover equipos misioneros itinerantes, y también a aumentar el número de diáconos permanentes, sin olvidar el papel de los distintos ministerios y el gran papel catequético, pero también de liderazgo, que pueden tener las mujeres en las iglesias y comunidades locales.

Vuelvo a la cuestión de la Amazonia, que es el tema de la exhortación del Papa. Tema con entidad propia. El Papa parte de un principio fundamental: la Iglesia tiene múltiples rostros y debe encarnarse de forma original en cada lugar del mundo. Luego recuerda que los problemas ecológicos son también problemas sociales; quienes más sufren las consecuencias de los desastres ambientales son los pobres. En la Amazonia, la explotación de su territorio y la destrucción de su medio ambiente, ha conducido a muchas personas a emigrar a las ciudades. Allí vuelven a ser explotadas, y se encuentran con todo tipo de miseria y hasta de esclavitud.

El documento del Papa recuerda que la belleza de la naturaleza es un reflejo de Dios. Y eso hasta el punto de que el Resucitado penetra todas las cosas. «Todas las criaturas del universo material encuentran su verdadero sentido en el Verbo encarnado, porque el Hijo de Dios ha incorporado en su persona parte del universo material, donde ha introducido un germen de transformación definitiva. Él está gloriosa y misteriosamente presente en el río, en los árboles, en los peces, en el viento, como el Señor que reina en la creación sin perder sus heridas transfiguradas, y en la Eucaristía asume los elementos del mundo dando a cada uno el sentido del don pascual”.

Hay muchas más cosas en esta preciosa exhortación apostólica. Me he limitado a ofrecer una pequeña muestra, que sirva como invitación de una lectura seria y detenida del texto.

Martín Gelabert Ballester, OP

Fuente de la noticia nihilobstat.dominicos