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1 ENERO SOLEMNIDAD DE SANTA MARIA MADRE DE DIOS

30 diciembre, 2018

Comienza un nuevo año, estrenamos calendario y en el cajón del pasado se van amontonando las experiencias, los buenos y los no tan buenos momentos vividos durante los 365 días del 2018. Unos y otros nos invitan a desear y a desearnos un próspero año. ¿Cómo hacer este deseo realidad en lo cotidiano de nuestra vida, en nuestra familia, en nuestra comunidad, en nuestro pueblo o ciudad? La liturgia de hoy nos muestra el camino.

Una bendición: la paz                    

La prosperidad del nuevo año sin duda tiene mucho que ver con esta bendición que Dios ofrece al pueblo de Israel: la bendición de la paz «El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz». Rememorar esta bendición en un día como hoy en que los cristianos celebramos el Día Mundial de la Paz, debe movernos a comprometernos personal y comunitariamente de forma responsable por la paz. Nuestro compromiso diario debe centrarse en construir un ambiente de paz en nuestro entorno más próximo, con las personas con las que vivimos y nos relacionamos cada día y en orar incesantemente por la paz del mundo.

Una mirada: mirar a María

Los cristianos iniciamos el año fijando nuestra mirada en María; Madre de Dios, «envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción filial». Fijar nuestra mirada en María Madre, abrirá nuestro corazón a la compasión y nos moverá a mirar con ternura de madre a nuestros hermanos. Poner nuestros ojos en María que conservaba y meditaba todo en su corazón, nos ayudará a vivir los acontecimientos de este año con esperanza, confiando como ella, que Dios hace nuevas todas las cosas y acompaña y guía nuestro caminar diario.

Unos pastores: pregoneros de la Buena Noticia

El evangelio centra su atención en unos personajes muy peculiares: los pastores. Ellos, son los que, desde su humildad y sencillez, acuden presurosos a Belén y narran el anuncio del ángel causando gran admiración; ellos, son los que, guiados por su fe, descubren al mismo Dios en la figura de aquel niño recién nacido. Ellos son los que saben compartir con los sencillos la alegría profunda de ese descubrimiento convirtiéndose así en pregoneros de la Buena Noticia y en signo de inculturación del mensaje recibido.

Fijar nuestra atención en los pastores, es una invitación a dejarnos admirar, sorprender ante los mensajes que Dios nos hace llegar cada día; es un estímulo para abrirnos a la gracia de Dios con humildad y hacer de cada gesto sencillo Buena Noticia; es una llamada a la itinerancia para narrar con gozo que la Palabra se hizo carne y está entre nosotros. ¡Cada día del nuevo año se nos presenta como una gran oportunidad para vivir así!

H. Gloria Cañada Millán

Dominica de la Anunciata