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¡HAY UNA MONJA QUEMADA EN TU COMUNIDAD!

7 febrero, 2020

El ‘burnout’ –síndrome del desgaste– aterriza en la Vida Religiosa femenina. El estrés y el agotamiento crece entre las religiosas. Por ello, la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) ha creado una comisión de estudio para los próximos tres años con el objetivo de tratar este tema desconocido hasta que el propio Vaticano, a través del suplemento femenino de L’Osservatore Romano –Donne Chiesa Mondo–, lo hiciera público a finales de enero.

¿Cómo saber que una monja es víctima de ‘burnout’? “Ocurre cuando el clima cotidiano es estresante y no hay espacios de oxígeno; cuando se empobrecen las referencias que hay en la comunidad; cuando no se encuentran espacios de calidad para compartir, para reavivar el sentido de la vida en misión y no perder la conexión consigo misma, con los demás y con Dios”, explica Cova Orejas, del proyecto de acompañamiento Ruaj de las Carmelitas de la Caridad Vedruna.

Esta situación genera un “gran desgaste físico, psíquico, espiritual e incluso contextual. Genera sinsabor, desinterés, desgana hacia la gente, ansiedad, depresión, estrés… Además, una misma es incapaz de reconocerse tal y como se ve. Si a esto añadimos que se arrastran situaciones traumáticas no suficientemente sanadas, se agudiza aún más la situación”.

Reflexiones abiertas

En torno a esta cuestión, religiosas de diferentes institutos, realidades y edades –no necesariamente “quemadas”– reflexionan en un encuentro con Vida Nueva.

“Hay personas que viven un estrés impresionante desde hace mucho tiempo, por eso, me parece un poco tarde que se haya caído ahora en la cuenta. Y mucho peor, esperar tres años de estudio de una comisión para poner nombre al problema y actuar”, afirma, en un primer análisis, la Hija de la Virgen de los Dolores Mamen Álvarez. En el mismo punto cae la concepcionista Ana Rosa Gordo y la misionera claretiana Rosa Ruiz. (…)

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Suplemento de Donne Chiesa Mondo sobre este tema.