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COMENTARIO DEL EVANGELIO DE S. LUCAS (17,5-10)

“Auméntanos la fe”

En estos días de tantos problemas políticos, de la naturaleza e incluso sociales, nos nace de dentro dudar de la condición humana y de nuestra propia fe.

Sabemos que desde que Dios nos pensó y nos hizo parte de la creación, nos depositó su sello en lo más hondo de nuestro ser; la fe. Con ella hemos ido creciendo e identificándonos con Dios y, al igual que los discípulos de Jesús, cuando nos encontramos con dificultades que nos superan decimos en nuestra oración: “aumenta nuestra, mi, fe”.

Conocemos que es lo preferido de Dios, lo humilde y sencillo, los que no cuentan, los pequeños, los POBRES. Sin embargo nos inclinamos a  estar bien con los que figuran, los que nos abren puertas,… los que tienen poder.

Jesús les (nos) responde suave pero enérgico: “Si tuvierais fe como un grano de mostaza”. Él sabe que tenemos esa semilla. Con ese toque de atención nos reprocha que no la hayamos hecho nuestra, que olvidemos quiénes somos y a lo que estamos llamados, llamadas, a ser y testimoniar. Si la hiciéramos nuestra y la cuidáramos como algo valioso sería más difícil perderla. Por otro lado, la duda y el miedo son la contra-parte de nuestro ser y no tendrían tanto poder si miráramos más a lo fundante, la imagen de Dios en cada uno, en cada una, en mi. Reconociéndola somos más Humanos y participamos más de la Creación y del sentir de nuestros hermanos, de nuestras hermanas; por lo tanto más sensibles ante el dolor y la necesidad, a la vez que menos egoístas porque el bien común es lo prioritario, lo que da vida; Vida compartida. La vida del Edén en la que el Hombre se relaciona con la Naturaleza en diálogo, sin maltrato.

Como los discípulos, seamos sinceros, sinceras, con Dios y con humildad pidámosle que aumente nuestra fe y nos ayude a reconocer su ley en nuestros corazones para poder trabajar por un mundo más justo e igualitario.

       H.  Mª Luisa R.M.