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El sábado 3 de agosto por la mañana, luego de escuchar el ensayo de “la Orquesta” de la “Escola de Música Irmá Rosa Font Fuster” de Aarao Reis, salimos camino al aeropuerto de Belo Horizonte para tomar el vuelo que nos llevaría a Montes Claros, (último tramo de nuestra visita a las comunidades de la Delegación de Brasil), nos acompañaron las Hermanas Marina e Inés.

Sin darnos casi cuenta luego de 50 minutos estábamos aterrizando en el aeropuerto de Montes Claros, allí nos esperaban las Hermanas  Mariana y María Luisa.

Nuestra llegada coincidía con el encuentro del Nuncio Apostólico: dom Giovanni D’Aniello  con la Vida Consagrada de la diócesis.

Luego de comer algo, nos dirigimos al Carmelo y junto con las hermanas de la comunidad de Montes Claros compartimos la jornada.

Un abanico  de colores de hábitos y carismas se hizo presente,  la mayoría congregaciones femeninas que llevaban algunas más de 50 años de presencia en la Diócesis. Muchas coincidían con un trabajo de  proyección social, participación en la vida parroquial y Catequesis Sacramental.

Al finalizar tuvimos la oportunidad de saludar a  dom João Justino de Medeiros Silva, obispo de Montes Claros.

Llegamos a Francisco Sá cerca de las 19.30, nos aguardaban las Hermanas Pepi y Bernardete.

Los días siguientes compartimos con la comunidad la misión: Taller de música, grupo de Catequesis Sacramental, ministros de la Eucaristía, Pastoral de la salud, visita a las casas, acompañamiento de comunidades en zonas rurales, etc.

Un barrio sencillo dónde la presencia de las hermanas es querida y valorada.

El miércoles por la mañana, luego del desayuno salimos hacia Montes Claros.

Al llegar nos recibió la Hna. Ignacia… dejamos las maletas y fuimos a conocer la escuela Municipal donde trabaja la Hna. Marlene y saludar a la Hna. Rozilene en ACUARELA… una misión hermosa, que cada mañana recibe a 41 niños entre 6 y 13 años provenientes de familias carenciadas de la zona.

Dos mañanas pude compartir con ellos…la entrada, la oración, el desayuno, y alguno de los talleres.

Un espacio donde la contención y el cariño, “despiertan una sonrisa” y por un corto tiempo pueden “olvidar” la dura realidad de sus hogares.

De regreso a Belo Horizonte, cerramos nuestra visita compartiendo la comida del Domingo las dos comunidades juntas.

Ha sido para mí una alegría inmensa conocer a las Hermanas de la Delegación de Brasil y la misión de LA ANUNCIATA en esa porción de América del sur.

A la Hna. María Jesús Carro (Priora Provincial de Santa Catalina de Sena) y a cada una de las comunidades GRACIAS por la acogida, el cariño, los detalles, el haberme sentido en CASA y comprobar una vez más que la ANUNCIATA es una gran FAMILIA donde no existen fronteras.

Hna. Andrea