VICARIATO- 10 JÓVENES ENTRAN AL NOVICIADO
Hoy, como ayer Cristo sigue suscitando en los corazones de los jóvenes, el deseo de una vida totalmente configurada a la suya. A pesar de los vientos contrarios que afectan a la iglesia, hay jóvenes valientes que continúan comprometiéndose en la vida consagrada. Nuestras nuevas novicias: Adeline, Anick, Bienvenida, Christelle, Desiré, Judith, Leontina, Marie Teresa, Monique y Raymonde forman parte de este grupo. Proceden de nuestros 4 países de misión: Ruanda, Costa de Marfil, Benín y Camerún, ellas, contra viento y marea, han preferido a Cristo antes que las promesas atractivas y efímeras que hoy día ofrece nuestra sociedad.
Es así como después de un año de seguimiento como postulantes en nuestra Congregación, reiteraron abiertamente su sí al Señor dando un paso más en su camino.
El 15 de agosto, hicieron su entrada al noviciado. La ceremonia tuvo lugar durante el rezo de vísperas en presencia de la Superiora del Vicariato, la hermana Carmen Bosch que recibió fraternalmente y sinceramente su solicitud de admisión al noviciado. La capilla del noviciado, decorada para la ocasión, acogió a nuestras hermanas de Bouaflé, Abidjan, Bonoua colegio y las hermanas del noviciado, reunidas para apoyar a las futuras novicias.
Del principio al fin de la exhortación, la hermana Carmen presentó el noviciado como un tiempo favorable para el enraizamiento en Cristo, para el encuentro con una misma y el aprendizaje en la interculturalidad. También se refirió a la cruz que implica el seguimiento de Cristo. Así se advierte a las jóvenes. Ellas, fortalecidas por las experiencias vividas hasta ahora, por la convicción que les mueve, fuertes también por los consejos, por las exhortaciones de conocidos y allegados y sobre todo fuertes por la presencia del Espíritu Santo en sus vidas, expresaron sin rodeos en su diálogo con la Superiora del Vicariato su sed de dejarse transformar por el amor de Cristo, para que lleguen ellas también a ser la viva expresión de este amor, hoy y siempre.
Los abrazos de acogida de la superiora del Vicariato, la maestra de novicias y el resto de la Asamblea al terminar la ceremonia, dieron lugar a toda clase de expresiones de alegría y de aliento. Ellas correspondieron con danzas tradicionales procedentes de las culturas de Benín, Costa de Marfil, Ruanda y Camerún, con gritos de alegría, risas, posados de fotos y una buena comida.
Una novicia dio las gracias a la Superiora del Vicariato y a la Congregación por la confianza que han puesto en ellas.
¡Qué manera tan bella de celebrar los 161 años de historia de la Anunciata.
¡Demos gracias a Dios, de El procede toda gracia!