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RETIRO V – ¡QUEDAS LIBRE MUJER!

10 junio, 2023

Una nueva propuesta de retiro caminando con las MUJERES DEL ALBA. Esta vez, con la que el Evangelio llama “la encorvada”. Como decíamos en el retiro anterior, no nos cabe duda que fue una de las tantas mujeres que siguieron a Jesús, lo sirvieron, estuvieron al pie de la cruz y seguramente aquella madrugada, antes que asomara el sol, fue corriendo al sepulcro.

Te invitamos a leer el texto

“Un sábado Jesús estaba enseñando en una sinagoga. Había allí una mujer que desde hacía dieciocho años estaba poseída por un espíritu que la tenía enferma, y estaba tan encorvada que no podía enderezarse de ninguna manera. Jesús la vio y la llamó. Luego le dijo: «Mujer, quedas libre de tu mal». Y le impuso las manos. Al instante se enderezó y se puso a alabar a Dios. Pero el presidente de la sinagoga se enojó porque Jesús había hecho esta curación en día sábado, y dijo a la gente: «Hay seis días en los que se puede trabajar; vengan, pues, en esos días para que los sanen, pero no en día sábado.» El Señor le replicó: « ¡Ustedes son unos falsos! ¿Acaso no desatan del pesebre a su buey o a su burro en día sábado para llevarlo a la fuente? Esta es hija de Abraham, y Satanás la mantenía atada desde hace dieciocho años; ¿no se la debía desatar precisamente en día sábado?» Mientras Jesús hablaba, sus adversarios se sentían avergonzados; en cambio la gente se alegraba por las muchas maravillas que le veían hacer.”  Lucas 13, 10-17

Lee el texto una y otra vez… ¿Qué te llama la atención?..  ¿Hay algo que te desconcierta?…

En el relato Lucas introduce nuestro tema de interés como de lado, nos va llamando  la atención de a poco, de entrada no es la mujer encorvada lo más importante. Es día sábado. Nos indica el día de la semana justamente. ¿Qué es el shabat?

El shabat comienza con la puesta de sol del viernes y termina al anochecer del sábado. Se trata del séptimo día de la semana judía y está dedicado al descanso. En shabat, hasta hoy en día, no se trabaja, no se conduce, no se cocina y no se compra; es una jornada dedicada a la oración y a la desconexión total.

Las normas y restricciones que rodean al shabat aparecen descritas en la Torá, pero no todos los judíos las siguen al dedillo. Sin embargo, resulta curioso ver cómo, aún hoy, las familias más conservadoras de Jerusalén frenan por completo cualquier actividad durante estas horas y no están en contacto con ningún tipo de tecnología. No usan el móvil, no utilizan electrodomésticos y ni siquiera pueden pulsar el botón del ascensor. Debido al alto porcentaje de población judía en Jerusalén, la ciudad se adapta a estas tradiciones. Durante el shabat, las tiendas cierran, las calles se vacían y los ascensores de los hoteles paran en cada piso para que nadie tenga que pulsar el botón.

Viajar a Jerusalén durante el shabat puede ser complicado. Puede ocasionar molestias. Desde el atardecer del viernes hasta la puesta de sol del sábado, Jerusalén se detiene. El shabat en Jerusalén llega a cada hogar y comercio judíos y lo inunda todo con sus dos directrices: descanso y oración. Las tiendas y los restaurantes de la Ciudad Santa cierran, a excepción de los comercios gestionados por musulmanes o cristianos, y el transporte público deja de funcionar durante el shabat.

En las calles apenas hay gente, ni coches, ni ruidos; una aparente calma que se rompe cuando se pone el sol. Entonces, las callejuelas de la Ciudad Vieja comienzan a llenarse de familias ortodoxas caminando deprisa en una misma dirección: el Muro de las Lamentaciones.

Aquí, en el lugar sagrado para los judíos, tienen lugar los rezos y cánticos del shabat. Aunque está permitida la entrada a la plaza, la zona de oración queda reservada para los judíos. Es muy importante vestir de forma respetuosa y no grabar ni hacer fotos, algo totalmente prohibido en shabat y que los judíos toman muy en serio.

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