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PROPUESTA DEL PAPA FRANCISCO PARA LA CUARESMA

6 marzo, 2019

Llega la Cuaresma, un período especialmente dedicado a la limosna y a la oración. Pero este tiempo litúrgico es más que eso y ¿quién mejor que el Papa Francisco para dar consejos sobre cómo vivir en estos 40 días?

Sus mensajes de Cuaresma reflexionan sobre el engaño del pecado y la capacidad de cambiar con la gracia. En su mensaje para este año ha dicho que el pecado destruye pero que también el arrepentimiento y el perdón tienen el poder de curar.

El año anterior sugirió a los cristianos detenerse y reflexionar para volver a Dios.

“Detente de ese mandamiento de vivir acelerado que dispersa, divide y termina destruyendo el tiempo de la familia, el tiempo de la amistad, el tiempo de los hijos, el tiempo de los abuelos, el tiempo de la gratuidad… el tiempo de Dios. Vuelve sin miedo, para eso está este tiempo favorable de regresar a casa”.

Explicando qué significa “regresar”, el Papa recordó que la Cuaresma sirve para abandonar el egoísmo y el pecado que sofocan el espíritu.

La Cuaresma es el tiempo de decir “no”; no, a la asfixia de una oración que nos tranquilice la conciencia, de una limosna que nos deje autocomplacidos, de un ayuno que nos haga sentir que hemos cumplido”.

La Cuaresma exige fatiga, el cansancio producido por intentar crecer en virtudes.

“El éxodo cuaresmal es el camino en el que se forma la esperanza misma. El cansancio de atravesar el desierto, -las pruebas, las tentaciones, las ilusiones, los espejismos…-, todo esto sirve para forjar una esperanza fuerte y sólida”.

El Papa ha dicho que la Cuaresma ayuda a salir de uno mismo, a evitar la tentación de justificar los pecados personales.

“Que la Cuaresma sea un tiempo beneficioso de “poda” de la falsedad, de la mundanidad, de la indiferencia: para no pensar que todo va bien si yo estoy bien: para entender que lo que cuenta no es la aprobación, la búsqueda del éxito o el consenso, sino la limpieza del corazón”.

En todos sus mensajes sobre la Cuaresma el Papa ha insistido en la necesidad del ayuno, la limosna y la oración para la conversión personal. Francisco dice que estas tres acciones ayudan a purificar el corazón porque evitan el egoísmo y la esclavitud del pecado.

Fuente de la noticia Rome Reports