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ORAR CON UN CORAZÓN ATENTO A LA PALABRA

“Estudiaré el camino de la perfección, y la verdad vendrá a mí”. Salmo 101,2

“Por eso pedí, y se me concedió la prudencia, supliqué y me vino el espíritu de sabiduría. La preferí más que las coronas y tronos, porque no pude compararla con ninguna otra clase de riqueza”.  Sab 7,7-8

“De su boca solo salían cosas buenas. Sobre el estudio decía que debíamos aprovecharle como si fuera la misma oración”. Francisco Coll, OP. Testimonios, p. 774

La sabiduría es un don del Espíritu Santo. Dios lo da a los hombres y mujeres de corazón atento, reflexivos, amigos del silencio y del estudio, hombres y mujeres que saben ver con compasión la realidad porque la leen y la disciernen desde la vivencia de la lectura orante de la Palabra de Dios.

El Padre Coll nos invita a hacer la experiencia de orar desde el estudio. Él dedicaba largas horas a preparar las misiones, los retiros, la predicación, y sabía de la riqueza de la presencia de Dios en cada palabra que era estudiada, asimilada en la lectura y contemplada en el corazón. Solo desde ese camino interior, esa Palabra pudo ser proclamada con la fuerza y vigor con que él lo hacía. También instaba a las hermanas a cultivar esta práctica, recomendándoles: “Os mando que tengáis una hora de estudio con la misma obligación y rigor con que deberíais hacer la santa oración” (P. Coll, Regla, cap. III)

 SUGERENCIA PARA UN MOMENTO DE ORACIÓN

En grupo o personalmente seleccionar un tema para ser estudiado y orado desde la Palabra de Dios usando el método de la “Lectio Divina”:

• Invocar al Espíritu Santo.
• Leer pausadamente el texto bíblico elegido.
• Primero me pregunto ¿qué dice el texto?
• En un segundo momento: ¿qué me dice este texto (a mi vida, a la realidad comunitaria o social, al acontecimiento que quiero iluminar)?
• Tercero: ¿qué le digo yo a Dios a partir de este texto?

Si la oración es en grupo, se comparte al final y se expresa un compromiso.

Terminamos diciendo:

ORACIÓN

Te damos gracias, Señor, porque la Luz de tu Evangelio ilumina siempre nuestra vida. Te pedimos que, a imitación de los santos de nuestra Orden Dominicana, el estudio contemplativo de la realidad desde la Palabra nos ayude a dar a nuestras familias y a nuestra sociedad las respuestas que tanto esperan y necesitan.

Que, al igual que en la vida del Padre Coll, el estudio ocupe un lugar privilegiado en la organización de nuestro tiempo, para que la superficialidad no nos atropelle y aprendamos a vivir, pensar y obrar desde tu Palabra. Te lo pedimos por mediación de Nuestros Padres Domingo y Francisco Coll. Amén.

Idea y textos: Hna. Susana Ruani

Imagen: Nilda Gofré