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ORANDO CON SAN FRANCISCO COLL (4)

4 septiembre, 2022

ORAR CON ACTITUD DE OFRENDA

 “Ana presentó el niño, todavía pequeño, a Helí diciendo: Óyeme, señor, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Yahvé. Este niño era lo que yo pedía entonces y Yahvé me concedió la petición que le hice. Ahora yo se lo ofrezco a Yahvé para que le sirva toda su vida: él está cedido a Yahvé.” 1 Samuel 1,25-28

 “…llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor.” Lc 2, 22

 “Hizo las Reglas primitivas solo con Dios, pues a este fin pasaba las noches en oración y de ella fueron fruto; cuando las tuvo escritas, fue a firmarlas delante del Sagrario.”  Francisco Coll, OP. Testimonios, p. 729

En el Antiguo Testamento, en el libro de Samuel, vemos que Ana hace ofrenda de su hijo a Dios. El niño, que era fruto de su oración, ahora es entregado en actitud confiada para que Dios disponga de él porque le pertenece. Así lo hicieron también María y José, cuando presentaron a Jesús niño en el templo para ofrecerlo al Señor.

Presentar lo que más amamos a Dios, ofrecerlo, entregarlo, es la actitud propia del hombre y la mujer confiados. Sabemos que de Dios proceden y a Dios le pertenecen.

Así lo experimentó el Padre Coll con su obra: La Anunciata. Escribió la Regla para ese primer grupo de Hermanas con el corazón ilusionado y “solo con Dios”, pasando largas horas frente al sagrario. Y al final, a modo de ofrenda, las firma: como quien certifica que le entrega “todo” al Señor para que sea posesión suya. Su oración agradecida y confiada se recoge en el prólogo de la misma Regla:…”¡Bendita y alabada sea, oh Dios mío, vuestra admirable Providencia! ¿Quién había de pensar que del polvo de la tierra formaseis una obra tan grande y portentosa como es este Santo Instituto?”.

SUGERENCIA PARA UN MOMENTO DE ORACIÓN

Esta oración, por sus características, es preferible hacerla en forma personal, aunque también puede ser en grupo si las personas que la comparten tienen cosas en común para “ofrecer” o si quieren compartir su entrega.

Hacer la oración delante del Sagrario o altar llevando aquello que queremos ofrecer:  la foto de la familia que tiene algún problema o alguna alegría, aquel resultado médico que indica una enfermedad, la libreta de calificaciones que expresa el esfuerzo en el estudio, alguna prenda del hermanito o del hijo recién nacido, un regalo recibido, en fin… aquello que tiene muy ocupada nuestra mente o nuestro corazón y queremos ofrecerle a Jesús… Con ese objeto en nuestras manos y con todo lo que él evoca dialogamos en silencio con el Señor, le presentamos a Él nuestras cosas, que son suyas y se las ofrecemos. Al terminar decimos:

ORACIÓN

Recibe Señor esta ofrenda que mi corazón quiere hoy presentarte.
Todo en mi vida es tuyo, todo a Ti te pertenece.
Ayúdame a vivirlo con esa actitud serena, alegre y confiada
con la que el Padre Coll vivió las cosas más importantes de su vida.
Que mi alma descanse tranquila cada noche
porque Tú cuidas de todas mis cosas. Amén.

Idea y textos: Hna. Susana Ruani

Imagen: Nilda Gofré