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“Todo jardín comienza con una historia de amor, antes de plantar cualquier árbol o construir un lago, es necesario que nazcan dentro del alma. Quien no planta un jardín adentro, no planta un jardín afuera y ni siquiera camina por ellos”. (Rubens Alves)

Desde hace 50 años vivimos una historia de amor, entrega, responsabilidad y compromiso con la vida. Esta historia la escribieron muchas manos… cuantas contribuyeron a que llegáramos hasta aquí.

Podemos mirar hacia atrás y decir con el alma feliz: “¡El Señor ha hecho grandes cosas por nosotros!”. Por eso estamos felices, a lo que soñamos, Dios nos agregó mucho más; experimentamos bendiciones con medida y bendiciones sin medida.

La celebración comenzó a las 19 horas en la Parroquia de San José Obrero, presidida por Fray Elton, (OP) concelebrada por el Párroco Marcos Antonio y por los diáconos permanentes Warley, Dimas y Robson.

A continuación, la Hna. Marina, acogiéndonos, expresó que al mirar hacia atrás en este año jubilar, nos sentimos impulsadas ​​a mirar hacia adelante con fe y esperanza; porque hay mucho de Dios en nosotras. Recordando el camino de las primeras Hermanas que, con audacia evangelizadora, llegaron a Brasil como misioneras. Luego llegaron otras Hermanas y dieron más vida. También jóvenes  brasileñas sintieron la llamada del Señor para ser Dominicas de la Anunciata, servir y acompañar a la gente donde estaban. Ahora es el momento de alabar y agradecer a Dios por haber suscitado tantas vocaciones misioneras.

En la procesión de entrada, un grupo de hermanas desfiló con los símbolos que representaban la vida nueva: La cruz, las imágenes del P. Coll y Santo Domingo, la bandera, nuestro estandarte del jubileo y de las Hermanas que aquí estuvieron, pero ya celebran esta Fiesta en la gloria con el Padre. También nos acompañaron en la procesión las fraternidades laicas de Gobernador Valadares (San Francisco Coll) y Barreiro (Santa Catarina de Sena), con su Representante Nacional, Sra. Lurdinha de Uberaba.

Para recibir la Palabra, las Hermanas Dóris y Mônica, junto a los colaboradores del Centro Pedagógico Anunciata, bailaron y cantaron al son del himno jubilar: “Sembremos la Palabra, para un mundo nuevo lograr, con Cristo al frente, la Buena Noticia vamos a anunciar”.

En la homilía, Fray Elton nos dijo que Santo Domingo es el predicador de la gracia y testigo de las bienaventuranzas que invierten la lógica de la humanidad. Este Evangelio construye una nueva lógica, y nos impulsa a actuar donde nada se espera, a actuar con la esperanza que es la base para la clausura de este Jubileo. Celebrar el jubileo es celebrar un rito, porque la vida sigue de la misma manera. El rito marca nuestro ser, hace del momento un momento único que nos trasciende, nos pone en gracia.

En Acción de Gracias, ¡qué tributo! Feligreses de Ntra. Sra. de Gloria en procesión manifiestan su cariño a las Hermanas a través de un ramo de flores, mientras una representante leyó un texto en homenaje.

También da su testimonio la fraternidad laical de Gobernador Valadares, agradeciendo a las Hermanas todo el tiempo que estuvieron con ellos y siguen acompañándolos a través de la fraternidad.

Seguidamente, la Hna. Inés dio las gracias, en nombre de la Congregación, a todos y cada uno de los presentes les invitó a confraternizar con nosotras acudiendo al salón parroquial para compartir una merienda y bebidas.

La escuela de música Hna. Rosa Font Fuster nos ofreció una variación de piezas musicales interpretadas por los alumnos y el profesor por medio de instrumentos como el piano, el contrabajo y muchos violines y flautas. Merendamos y hubo saludos y un animado diálogo con los asistentes, rebosando el afecto, la alegría e incluso la invitación a bailar.

¡No todo ha acabado!

Ahora, se inicia una nueva andadura y es el momento de replantearnos  todo lo aprendido y hacer realidad con esperanza y coraje los nuevos sueños que albergamos.

¡GRACIAS a todos!

Hna. Mónica Soares