MI PROFESION PERPETUA
El gran acontecimiento del 18 de julio último en Koptchou (Bafoussam-Cameroun) fue precedido por un largo período de preparación organizada en Yaundé por los Superiores mayores. Dicha preparación se terminó con una formación a nivel congregacional en la comunidad de Nylon, en Yaundé (Camerún), llevada a cabo por nuestras hermanas. La Vicaria, H. Carmen Bosch no quedó indiferente, dedicó su tiempo para trabajar con nosotras.
El sábado día 18, fijado para la profesión, encontramos la Iglesia parroquial decorada como para la boda de una princesa.
Llegado el momento de profesar dije con toda confianza la formula, según la cual por su gracia y la ayuda de mis hermanas yo me di a Dios sin reservas para el resto de mi vida. Mi símbolo fue la rafia; yo lo escogí por las numerosas virtudes que tiene y por su longevidad, deseando ser siempre una planta verde que da frutos en el momento oportuno en una porción del jardín de la Anunciata.
La fiesta fue muy hermosa tanto en la parroquia como en la familia, a donde fuimos a rezar a la tumba de mi padre. Por la noche una delegación de las hermanas, en representación de la Congregación, asistió un rato a la fiesta organizada por mi familia.
Para terminar, doy gracias a Dios por su gesto de misericordia y de amor manifestado en mí sin ningún mérito por mi parte, además quiero manifestar mi reconocimiento por la atención afectiva y formativa que la Congregación a través de cada una de las hermanas ha tenido por mí.
Seguir rezando por mí a fin de que, fiel a este compromiso, de mucho fruto para la gloria de Dios y la salvación de los hombres.
Hna Marguerite Gadjou
