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Hna. JOSEFINA MULLERAT HIJA DEL BEATO MARIA MULLERAT

26 marzo, 2019

El médico y padre de familia, Marià Mullerat i Soldevila, ha sido declarado Beato el pasado 23 de marzo en la Catedral de Tarragona. La ceremonia ha sido presidida por el cardenal Giovanni Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y representante del Papa. La misa ha sido concelebrada por el arzobispo de Tarragona, monseñor Jaume Pujol; el cardenal Lluís Martínez Sistach, arzobispo emérito de Barcelona e iniciador de la Causa diocesana para el proceso de beatificación; el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, la mayoría de los obispos de las diócesis con sede en Cataluña y los padres abad de Poblet y Montserrat. También, se ha contado con la asistencia del obispo auxiliar de la archidiócesis de Madrid, Mons. Juan Antonio Martínez Camino; de representantes de la Nunciatura, los postuladores de Roma y Tarragona, miembros capitulares y numerosos sacerdotes.

HIJA DEL BEATO MARÍA MULLERAT, DOMINICA DE LA ANUNCIATA

Hermana Josefina vive en NAVARCLES, junto con 20 Hermanas más formando la comunidad de Dominicas de la Anunciata.

Cuando sucedieron los hechos del martirio de su padre la Hna. Josefina tenía 7 años, era la segunda hija y recuerda muy bien todo lo que pasó, en su casa, ese día. Ella lo presenció todo y guarda el grato recuerdo de la firmeza de su padre despidiéndose de su esposa y besando a la más pequeña de sus hijas, que entonces tenía 8 meses, recalcando a todos que perdonaran y que se reencontrarían en el cielo.

El Dr. Mariano, en el mes de mayo del 1936, viendo cómo iban las cosas dijo a su esposa que era conveniente que Josefina hiciera la primera comunión, porque después ya no podría hacerla. Este evento fue la última celebración familiar que vivió el Beato Mariano. Y él mismo le hizo un pequeño poema que dice:

«Qué mañana de primavera y qué día más feliz,
la Comunión primera me llena de encanto.
La Comunión última, que la pueda hacer en el Paraíso «.

Una vez muerto su padre tuvo que vivir, por pocos años, la separación de sus hermanas. Las dos mayores se fueron a Sta. Coloma con los tíos y las dos pequeñas se quedaron en Arbeca con la madre, la bisabuela y el abuelo los cuales las cuidaron.

Los recuerdos más entrañables de su padre, son que era una buena persona, padre atento, muy buen médico, un excelente cristiano y de una entrega sin medida a todas las personas que lo necesitaban.

Recuerda que, en torno a la chimenea cada atardecer, el padre dirigía el rezo del santo rosario y al terminar leía un capítulo del libro de San Antonio Mª de Ligorio sobre «La preparación para la buena muerte». Al terminar, tenían la costumbre de besar la mano a los padres y se iban a dormir.

La hermana Josefina explica que sigue leyendo, cada día, un capítulo del mismo libro, costumbre que las cuatro hermanas han mantenido hasta ahora. Cada una de ellas tiene un ejemplar del libro, como el del padre, para poder seguir su ejemplo. Este libro ella lo guarda como un gran tesoro. Es un testimonio y un ejemplo de vida.

También recuerda que su padre, tuvo mucho cuidado de las hermanas Dominicas que residían en Arbeca en aquellos momentos de peligro, buscando todos los medios a fin de protegerlas.

Su vocación como Dominica de la Anunciata le viene de parte de la hermana de la madre, su tía Hna. Montserrat Sans que era dominica. También porque vivió unos años interna con las dominicas en el colegio de la calle Elisabets de Barcelona. A pesar de que tenía otras tías religiosas, ella se decantó por las dominicas del P Coll.

Cuando manifestó que quería ser religiosa, su madre le puso una condición. Tenía que esperar a que su hermana mayor Mª Dolores se casase y volviera del viaje de bodas. Ella lo aceptó y una vez cumplido, ingresó en el convento.

Ha trabajado mucho por la causa de su padre. Ha colaborado junto con Mn Jaume Ciurana, hijo de Arbeca y compañero de su padre, y primer impulsor del proceso de beatificación, comunicando mediante unos Hojas los hechos de la vida y martirio de su padre. Cuando el estado de la Hna. Josefina ya no le ha permitido hacerlo, sus sobrinos le han tomado el relevo, hasta llegar a alcanzar el fin deseado.

En medio de tantas alegrías, ha vivido también el duelo de la muerte de su hermana mayor Mª Dolores, justo 9 días antes de la Beatificación. Las 4 hermanas siempre han estado muy unidas, por eso han sentido más esta pérdida. Ahora las tres que quedan, (de izquierda a derecha Josefina, Montserrat y Adela) vivieron en la catedral de Tarragona la gran fiesta de la Beatificación de su padre.

Podemos ver la ceremonia de Beatificación en el Vídeo

Hna. JOSEFINA MULLERAT HIJA DEL BEATO MARIA MULLERAT

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