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FORMACIÓN PCIA AN RAIMUNDO DE PEÑAFORT: VIC

10 enero, 2014

Encuentro en Vic-Casa Madre

Los días 27, 28 y 29 de diciembre de 2013, como ya va siendo costumbre, nos encontramos en Vic, Casa Madre, un buen número de hermanas de la Provincia San Raimundo de Peñafort para celebrar y compartir unos días de Formación Permanente dirigidos por nuestro hermano dominico, el P. César Valero Bajo.

Además de la Hna. Mª Isabel Andrés, Priora provincial, y su Consejo, nos acompañaron las Hnas Mariví S. Urrutia y Asunción Mitjans en representación del Consejo general. No faltó el saludo, desde el Vietnam, de la Priora general, Hna. Mª Natividad Martínez ¡Qué suerte de las nuevas tecnologías, como nos hacen sentir cercanas y hermanadas!

El P. César, como introducción, empezó diciendo que la Formación Permanente ha de ser una realidad urgente en nuestra vida. Que debemos estar constantemente formándonos.  Hizo alusión a Pau Casals, el violonchelista, que aún a sus 93 años, se sentía capaz de progresar.  Y también lo recomendaba S. Bernardo y otros muchos autores. Nosotros como dominicas y dominicos necesitamos mantener en nosotras el ansia del saber y realizarnos en Cristo.

VIVIR VIVIÉNDOLE: VIDA RELIGIOSA EN EL SIGLO XXI

Este era el tema propuesto para la reflexión de estos dos días y medio. El P. César nos lo expuso desde la cercanía y las buenas dotes de comunicador que le caracterizan. Nos lo subdividió en cinco núcleos, uno correspondiente a cada charla. Destaco una pincelada de cada uno de ellos.

1.      Vivir viviéndole supone iniciar cada día su camino haciendo de él nuestra referencia constante.

Esto tiene un punto de partida que no es otro que el encuentro con Cristo de una manera fascinante y absorbente. Su presencia nos hace ser más lo que estamos llamadas a ser.

2.    Vivir viviéndole compromete nuestra vida en la búsqueda y construcción de la unidad.

S. Juan en el capítulo 17,21 nos dice: «sed uno como nosotros somos uno » Y también en los Hechos de los Apóstoles: «tened un solo corazón y una sola alma» En este mundo dividido por falta de justicia y también por ideologías de toda índole, el amor también es posible, aunque tengamos historias muy diferentes

3.    Vivir viviéndole nos lleva a asumir su grito profético.

Nos debe llevar a ser constructores de humanidad al estilo profético. Y profeta es el que dice a su tiempo, contra su tiempo, lo que Dios le manda decir.

4.    Vivir viviéndole enciende nuestra vida en alegría.

No es la alegría que da el mundo, sino el creer en un Dios Redentor, la alegría de quien se siente acompañado por Alguien, por ese Amor que viene a visitarnos, que hace uno de los nuestros. Es sentir la alegría de saber de quién me he fiado. Es una alegría serena, sabedora de los puntos oscuros de nuestra existencia: dolores, fracasos, desamores… pero como sé de quién me he fiado, sigo sintiendo ALEGRÍA.

5. Vivir viviéndole hará de la nuestra una existencia agradecida.

Lo mejor que nos podía pasar ya ha pasado y es que el Amor nos ha traído a la Vida y vida redimida, salvada, plena.

La persona agradecida participa de lo positivo de la vida siendo buena noticia para los otros, haciéndose trovador de Dios, como lo fue María con su Magníficat, como lo fue Jesús por los caminos de Palestina, santo Domingo, nuestro Padre Coll, san Francisco de Asís, y tantos otros que iban por los caminos del mundo expresando el gozo agradecido por las maravillas de Dios.

 

Además del buen hacer y decir del Padre César, disfrutamos también de la cálida acogida de las Hnas. de las dos comunidades de Vic, de una rica liturgia y una fraternal convivencia puesta de manifiesto en las diferentes actividades realizadas.