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El día 5 de septiembre de 2020, nuestro Vicariato tuvo la gran alegría de recibir a dos Hermanas novicias; una de ellas nos viene de Benin: Chantal y la otra de Ruanda: Christine.

Después de un pequeño retiro, que les permitió intercambiar con su Amado, fuimos convocadas por la comunidad del noviciado para celebrar su ingreso al noviciado. La celebración empezó a las 16 horas con las comunidades de Sainte Rita y de Abidjan que viajaron para dicho evento.

¡Qué satisfacción de saciar la sed de muchas de nosotras por poner rostro a los nombres de nuestras dos Hermanas novicias que sólo conocíamos un pequeño número de nosotras!. No tardó en sonar la campana del noviciado y, henos aquí; listas para la procesión de entrada en un ambiente de gran alegría. Cantamos con un mismo corazón uno de nuestros famosos cánticos vocacionales: «Tomado por Cristo Jesús, corro directo hacia la meta«. A continuación se reza vísperas en las que se incluyó el paso de nuestras Hermanas postulantes al estado de novicias de las Hermanas Dominicas de la Anunciata, con la presencia de la Superiora de la Vicariato San Francisco Coll: Hermana Françoise Gouannin. Como siempre, ella les dirigió unas palabras y las nuevas novicias a su vez expresaron su alegría y gratitud por continuar su búsqueda de Cristo entre nosotras. La ceremonia termino con un canto de acción de gracias a nuestro Señor.

Para inmortalizar este tiempo y pensando en todas vosotras que leeréis este articulo pero que no estuvisteis presentes, nos hicimos fotos con nuestras dos nuevas integrantes del noviciado.

Siguió una merienda-cena fraternalmente compartida: el hombre vive de la palabra y del pan cotidianos. Este compartir se dio en un ambiente de alegría, risas, bromas, intercambios, conocimiento mutuo. A partir de las 19 horas y algunos minutos, tuvimos que pensar en separarnos, para permitir la vuelta a nuestras respectivas comunidades. Los últimos abrazos y pequeños intercambios tomaron unos minutos más y fue el final de este hermoso momento para cada una de nosotras.

Fue hermoso, fue bueno, le damos gracias a Dios por sus dos hijas Chantal y Christine que tuvo la amabilidad de incorporarlas a nosotras. Se las entregamos a Él y que todo se haga para Su mayor gloria, como tantas veces ha dicho San Ignacio de Loyola.

¡¡¡Que el Padre Coll y la Virgen intercedan por nosotras!!!

H. MBELE Elisabeth Raymonde