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ENCUENTRO DE FORMACIÓN PROVINCIA SANTO DOMINGO

6 enero, 2017

   Gozo y alegría es lo que se vive el 27 de diciembre, en la casa provincial. Poco a poco van llegando hermanas de las distintas comunidades, llenando de saludos, gritos de asombro, abrazos cariñosos los pasillos y salas de la casa. Hoy comienza el Encuentro de formación.

            A las seis, en la capilla se inició con una oración que motivaría todo el Encuentro. De aquí, en procesión portando la Biblia, fuimos a la sala de conferencias donde la H. Mª José Abad, Priora provincial, leyó una monición para la entronización de la Palabra. La Palabra se encarnó en nuestra historia. Se hizo carne en nuestro mundo para poner rostro a nuestro Padre, para ponerle voz, para conocer sus sentimientos hacia el Padre y descubrir el gran amor que tiene hacia nosotras, hacia todos los hombres y mujeres de todas las razas y condiciones. Esta Palabra de vida fue la que apasionó las vidas de Domingo de Guzmán y del Padre Coll. Ochocientos años después cogemos el relevo como Dominicas de la Anunciata, para sembrar el mensaje de salvación a todos. Hoy somos nosotras, enviadas a predicar el Evangelio en un mundo ofuscado por el tener y el poder. Que nos queme el fuego de la Palabra, en este Encuentro.

A continuación un power point ayudó a reflexionar sobre un mundo enmarañado en las redes de la violencia de todo género, las guerras, la droga, las expulsiones de tantas personas abandonadas al frío, al hambre, al mar, al miedo y a la inseguridad, en el exilio más deshumanizante de todos los tiempos. Fueron unos momentos de oración sobre la realidad que nos rodea, donde palpamos y sentimos el dolor de la gran cantidad de gente que sufre. Sin duda Santo Domingo y nuestro P. Coll nos invitarían a ponernos al lado y en el lugar de las personas más vulnerables pidiéndonos que encuentren en nuestro corazón, en nuestras casas, en nuestra misión, en nuestra oración, su carta de ciudadanía.

Terminada la oración, la H. Mª José Abad nos dirigió unas palabras. Recordó el lema del Encuentro “Y ahora … enviadas a predicar”. Saludó a la H. Ana Mª Penadés, que asistió como representante de la Priora general, H. Natividad Martínez de Castro y agradeció su aporte musical en los actos litúrgicos. Dio la bienvenida a todas las hermanas de la Provincia, a las que asistieron de las diferentes comunidades dependientes de la Priora general (La Granja, Becerril de la Sierra, Friburgo, Roma), a Gladys y Marie Chantal  del Vicariato Saint François Coll, asignadas en la Provincia, en Campo de Criptana y en Zaragoza, para hacer su camino de formación inicial de jóvenes profesas. Recordó a las hermanas mayores y enfermas de la Casa de acogida de Valladolid y a todas las hermanas que por diversos motivos no pudieron asistir a este Encuentro. Recordó también a las que a través del año 2016 han pasado a gozar de la bienaventuranza sin fin en comunión con Dios y con todos los santos de la familia dominicana y de la Iglesia del cielo. El gesto de la entronización de la Palabra nos invita a comprometernos en este momento histórico para la Provincia y Congregación. En este momento de la Iglesia de profunda renovación donde se nos pide a todas entrar en una dinámica de conversión pastoral, apostólica, misionera… para devolver al Evangelio el sabor de la alegría. Este momento está reclamando de cada una de nosotras, ser cristóforas, portadoras de Cristo por el que hemos decidido libre y responsablemente dejarlo todo, para vivir fiadas de su Palabra y fijar nuestra mirada en su vida.

            El día 28, el P. Miguel de Burgos OP, Maestro en Teología, expuso una lectura teológico-catequética de Lucas. Es difícil resumir en unos puntos la bella exposición que hizo de los diferentes capítulos del Evangelio de Lucas, el Evangelio de la alegría. Es una invitación a vivir la fe de manera gozosa. Es una Buena Noticia: la salvación de Dios se hace presente en medio de los hombres. Todo el Evangelio está impregnado de alegría. Ya el nacimiento del Bautista es motivo de gozo, pero sobre todo la llegada de Jesús viene anunciada y precedida por la alegría. La vida de Jesús difunde por donde pasa alegría. Lucas insiste en la alegría de Dios cuando un pecador se arrepiente. Basta recordar las tres parábolas maravillosas que aparecen en el capítulo 15. Una es la del hijo pródigo, o el padre bueno. Precisamente el hijo menor ha atraído casi siempre la atención de comentaristas y predicadores. Su vuelta al hogar y la acogida por el Padre han conmovido a todas las generaciones cristianas. Y ¿el hijo mayor que siempre estuvo en casa? La vuelta de su hermano no le produce alegría. Se indigna y no quiere entrar a la fiesta. El padre le invita con cariño, con mucho amor. Él deja al descubierto todo su resentimiento. Obedeció siempre a su padre pero no ha aprendido a amar como él. Sólo sabe exigir sus derechos y denigrar a su hermano Nunca se marchó de su casa pero siempre estuvo lejos. No acoge ni perdona. Jesús no dice si entró o no. Nosotros ¿qué haríamos? ¿Entraríamos a la fiesta?

La conversión en nuestra vida, la acogida de Dios, antes que renuncia, exigencia, sacrificio, es fuente de vida más gozosa, más plena y gratificante. El Evangelio de Lucas es una invitación a vivir la presencia de Dios en nuestra vida como algo bueno y gozoso. Invita al agradecimiento, a la alabanza, a la acción de gracias. En el fondo de esa alegría está la gran noticia de nuestra salvación que Dios nos ofrece en Jesús. Esta salvación que anuncia Lucas es fruto de la misericordia, de la bondad y la ternura de Dios. Es un evangelio que invita a acoger el perdón y la misericordia de Dios como un regalo del infinito amor de Dios. Es una invitación a la confianza. La salvación de Dios nos llega por la fuerza del Espíritu. Jesús es portador del espíritu de Dios.

Es el Evangelio de la oración. Jesús es un hombre de oración y exhorta constantemente a sus discípulos a vivir en oración. Ofrece también catequesis inolvidables sobre la oración: la parábola del juez y la viuda, la del fariseo y el publicano. Este Evangelio es una invitación a cuidar más la oración, la comunicación con Dios, la escucha del Misterio, para superar el vacío interior, la frivolidad, la superficialidad de la vida. Atención a lo interior, al Espíritu.

El Evangelio de Lucas es también el evangelio de la defensa de la mujer. En él, aparecen personajes femeninos de fuerza extraordinaria: María, Isabel, Ana, la viuda de Naím, la pecadora de la casa de Simón, Marta y María, María Magdalena etc. Son las mujeres las primeras en anunciar el mensaje pascual. Lucas presenta a Jesús curando a mujeres enfermas, también muestra la compasión y ternura con la mujer pecadora, con las que salen llorando a su encuentro camino de la cruz. Este Evangelio ayudará a mirar a la mujer como la miraba Jesús, para defender su dignidad y para hacer que ocupe el lugar que le corresponde.  Es el evangelio de los pobres. Advierte a los ricos: no podéis servir a Dios y al Dinero. Critica la falta de compasión con los pobres, parábolas del pobre Lázaro y del rico insensato Es una invitación a vivir de manera crítica en medio de la sociedad del consumo, aprendiendo a convivir de manera más solidaria, compartiendo lo que tenemos con los más necesitados La fuente de la verdadera alegría, el tesoro no está en lo que se posee sino en el Espíritu, la salvación, la misericordia, el don de Dios. Desde ahí se puede vivir de manera austera, sencilla, solidaria.

Jesús no es sólo un personaje histórico. Es el Señor resucitado, que sigue vivo en la comunidad. Lucas lo designa constantemente así: el Señor. Pretende que el lector vaya abandonando a otros señores para quedarnos con el único Señor. Hay que leer este Evangelio no como algo de ayer, sino como HOY, para nosotros. Desde esta perspectiva adquiere una importancia especial la escena pascual de Emaús (24,13-35) Los discípulos de Emaús reflejan nuestra situación actual: Tienen todo lo que les podría llevar a una fe gozosa: conocen las escrituras, han escuchado el Evangelio, han conocido la cruz, han escuchado el mensaje pascual anunciado por las mujeres. Todo es inútil. Les falta la experiencia personal, el encuentro con Cristo vivo en sus vidas. Hay un doble camino.

– La escucha de la Palabra de Jesús. Mientras caminan tristes y desalentados, recuerdan a Jesús. Y Jesús, el Resucitado, se hace presente en su caminar. Allí donde un grupo de personas habla de Jesús, Él se hace presente de alguna manera, aunque no sea reconocido. Más tarde sentirán que “su corazón ardía” Es una presencia de alguien que acompaña en el camino… Lucas quiere que todos los creyentes desalentados lean así su Evangelio hasta que arda su corazón.

– Es necesaria además la Cena para descubrir al señor no sólo como alguien que ilumina nuestra vida con su Palabra, sino como alguien que alimenta nuestra vida con su pan. Detenerse en el camino a descansar, reunirse como amigos y hermanos a cenar, pronunciar la bendición de Dios y dejarse iluminar por Jesús. Es en esa cena donde se puede descubrir al Señor como alguien que nos alimenta.

Este nuevo año caminemos acompañadas por el Evangelio de Lucas. Tal vez al leerlo o al escucharlo sentiremos arder nuestro corazón. Y al celebrar la Eucaristía, tal vez lo reconoceremos. Quizás, nos atreveremos a contar a alguien con nuestra vida y con nuestra palabra “lo que nos ha pasado por el camino y cómo le hemos conocido al partir el pan”.

El día 29, Xosé Manuel Domínguez Prieto habló sobre las relaciones interpersonales. Sin comunicación no hay relaciones sanas. Sin relación no hay amor, fraternidad ni amistad. La comunicación no tiene por objeto prioritario decir mensajes sino decirnos nosotros, manifestar pensamientos, sentimientos, necesidades. La comunicación se basa en la confianza y la honestidad. Lo esencial en toda comunidad es cómo nos comunicamos, cómo nos escuchamos.

            Algunos principios básicos. En la comunicación no sólo es importante lo que se dice sino cómo se dice. Ha de haber congruencia entre lo que decimos y cómo lo decimos. Comunicarse supone hablar de nuestra vida, asuntos, problemas, miedos necesidades, heridas, ilusiones, proyectos, sin enmascararlos. Comunicar es manifestar lo doloroso y lo alegre. Expresar los sentimientos, afectos…

            Errores en la comunicación. La mayor parte de los errores tienen su origen en el aprendizaje que hicimos en la familia de origen. Quien no quiere comunicarse (por miedo, repliegue, timidez etc.) también se comunica patológicamente: rechazo de la comunicación. La triangulación, Ir a un segundo para que le llegue el mensaje a un tercero. Creer que el otro sabe o debe saber lo que pienso, siento o necesito. El silencio ante el otro. Contestar con ironía, rabia o sarcasmo.

Estilos comunicativos. Lo primero que necesita alguien para comunicarse bien con los demás es darse cuenta de cómo se comunica. Podemos distinguir tres estilos: Estilo comunicativo inhibido (inadecuado). Estilo comunicativo agresivo (inadecuado). Estilo comunicativo asertivo (adecuado). La asertividad, es el estilo comunicativo que tiene varias condiciones: tengo autoestima, seguridad en mí. Tengo claro qué quiero decir, qué siento, qué deseo. Tengo claro mis derechos y los hago valer ante los demás, pero sin agresividad. Soy capaz de expresar con tranquilidad mi punto de vista y entender el punto de vista de los demás (es lo que llamamos empatía). Empleo mensajes “yo”.

Mensajes “yo” y mensajes “tú”. Los primeros son constructivos, los segundos destructivos. Los primeros son los centrados no en la persona sino en la actividad que realiza. Se describe lo que hace o los efectos que provoca en mí pero no manda una acción (aunque se pueda sugerir). Sin agresividad se da la oportunidad de que el otro rectifique. Se expresa en primera persona: a mí me parece que…En mi opinión… Te ruego que…. Los mensajes “yo” permiten evitar la agresividad, no se hiere, se estimula el diálogo, ayudando a la persona a que descubra por sí mismo la solución, ayuda a tener confianza en sí mismo. Ejemplo: Si digo “Cuando llegas tarde, me preocupo. Me gustaría que llegases a tiempo o me avisases” promuevo la puntualidad y la responsabilidad. Para utilizar el estilo asertivo mediante mensajes “yo”: Expresar sentimientos en primera persona, “Me siento…” Describir la situación: “Cuando…” Describir las consecuencias: “Porque…” Indicación de los cambios que se sugiere que se haga: “Me gustaría que…”  “Me sentiría mejor si…”

Los mensajes “tú”. Son aquellos en los que se etiqueta y condena al otro. Se suelen emplear expresiones como: “Tú nunca…”, “Tú siempre…” Tú eres un… Ejemplos: Si le digo a otro: Eres un vago… promuevo que siga siendo perezoso; si le digo “No tienes idea” favorezco su baja autoestima. Si le digo “Así nunca aprenderás, le desanimo. Si le digo “Aprende de esa persona” favorezco los celos. Si digo “Nunca cambiarás”, confirmo que será siempre así. Estos mensajes provocan rechazo, reacción de defensa y son hirientes.

Escuchar. Escuchar exige atención y paciencia. Pero es el modo de tocar a otro, a su sufrimiento, y permitir su curación Solo si soy capaz de escucharme, de entrar en contacto con mi interior, soy capaz de entrar en contacto con el mundo interior del otro. Si no soy consciente de mí, no puedo escuchar al otro

El día 29 al mediodía, Dios cambió los planes del Encuentro. Nos mostró sin palabras una lección que condujo a una reflexión con matices diversos: dolor, confianza, aceptación…, MURIÓ LA H. JUANA BELMONTE. YA ESTÁ VIVIENDO LA VERDADERA VIDA. Las palabras de Jesús, cuando murió su amigo Lázaro, son un consuelo, Él dijo: “Yo soy la Resurrección. El que cree en Mí, aunque muera vivirá. El que vive por la fe en Mí, no morirá para siempre” La H. Juana se había preparado para el encuentro con el JESÚS que LUCAS NOS MUESTRA EN SU EVANGELIO: EL SALVADOR, EL MISERICORDIOSO, EL SEÑOR.

Ya no hubo más charlas. A las 18:30 h. se hizo la oración sobre la Palabra, muy bien preparada por la comunidad de Paterna. Nos acompañaron la Priora general, H. Mª Natividad Martínez de Castro, y las HH. Mª Inés Fuente y Justina González Albir. El 30, a las 11:30  Eucaristía por la H. Juana y entierro.

Hay que agradecer la acogida en la casa provincial y felicitar a las que colaboraron en la ambientación de las distintas dependencias; las que elaboraron el folleto de liturgia y a la excelente pianista que con su ayuda los actos litúrgicos resultaron francamente bien. El ambiente que reinó durante esos días fue sereno, y fraterno. Que estas pinceladas sobre el Encuentro nos ayuden a vivir lo recibido en él, tanto en lo referente a la Palabra como a seguir avanzando en unas relaciones sanas, llenas de amor y fraternidad.

  1. Olvido Muñíz