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ENCUENTRO FINAL DE VISITA CASAS DEPENDIENTES DE LA PRIORA GENERAL

30 mayo, 2013

Convocadas por la Priora general nos reunimos en Becerril de la Sierra, El Roble, comunidades y hermanas directamente dependientes de la Priora general (DDPG), junto con el Consejo general, como conclusión de la Visita canónica y como expresión de la  fraternidad y compromiso congregacional.

Presentes en su totalidad estaban las comunidades de La Granja y El Roble y hermanas representantes de las comunidades de Lezignan, Valrás, Obra Mi Casa y Roma. Estuvieron físicamente ausentes H. Miriam Zapeta por estar enviada a una misión en Benin y la comunidad de Friburgo por otros motivos.

El marco de la reunión no podía ser mejor, las sierras en su entorno creaban el clima de sosiego y silencio necesario para la reflexión y los diálogos. Poco tiempo quedó para “hacer senderismo” porque la jornada fue rica y densa.

En la motivación inicial, y a través de un power, se recordaron a todas las hermanas de las siete comunidades en distintos momentos de la Visita canónica y junto a todas las presentes comenzamos con una oración pidiendo al Señor que su Palabra fecunde nuestra tierra para que vivamos nuestra fe como experiencia de un amor que se recibe y comunica, como experiencia de gracia y gozo.

Seguidamente, la H. Natividad nos dio la bienvenida con un saludo que nos introducía en el primer tema: Puesta en común del estudio congregacional, ficha n.1.

En la síntesis-presentación de los mismos se pudo captar la dedicación y reflexión de las comunidades. Muy largo sería exponer lo compartido pero si deseamos destacar la acogida que el tema tuvo en las comunidades, el bien que se percibe ha provocado en las hermanas tanto el estudio como las preguntas concretas, que ayudaron a plantear con claridad nuestras vivencias y actitudes y nos permitieron descubrir un poco más “qué ven nuestros ojos”, constatar si “nuestros pies están en camino” y  si verdaderamente “tenemos un corazón nuevo”. Reconocimos también que la vida teologal es el cauce por el que transcurren nuestros días y, si bien la fragilidad humana se hace presente en algunos momentos, es más fuerte el impulso del Espíritu que nos habita y que, si le dejamos actuar, genera en nosotras ese dinamismo nuevo de fe, esperanza y caridad.

Luego de una breve pausa-café estuvo entre nosotras el P. Felicísimo Martínez OP, quien con su estilo fraterno y dialogante nos ayudó a profundizar en el tema: Vida teologal y vida religiosa. El texto de MT. 7, 24-28, “el hombre que edificó sobre arena o roca”, dio lugar al desarrollo del mismo. Tema que seguramente será retomado en las comunidades ya que sobre esa dimensión de fe teologal se juega la veracidad y compromiso de nuestra vida consagrada. Quedan resonando entre nosotras los tres ejes que han de ser irrenunciables si queremos construir vida religiosa.: la experiencia de fe teologal, la dimensión comunitaria (qué significa ser hermanas) y la misión (qué hacemos por esta humanidad).

En el centro de la jornada la celebración de la Eucaristía nos permitió agradecer al Señor por este tiempo de GRACIA que ha sido para las siete comunidades la visita canónica-pastoral de nuestras Hermanas, M.ª. Natividad y Asunción como fuerte estímulo para “renacer” y tomar una vez más conciencia de nuestra vida consagrada.

Por la tarde tuvimos un prolongado diálogo con nuestras hermanas del Consejo general, que fueron compartiendo según sus delegaciones lo que vienen realizando o realizarán en los próximos meses, respondiendo fraternalmente a las preguntas que surgían en el transcurso del mismo.

Al caer de la tarde concluía el encuentro la P. General con la lectura de la Carta que envía a todas las hermanas (DDPG), en la que expresa, entre otras cosas, sus sentimientos al término de la primera Vista canónica del sexenio y nos anima “…a ser mujeres de Dios entre vosotras y para todos los que os rodean y para quienes servís con tanta dedicación…”.

 

Con la oración comunitaria de Vísperas, junto a María la creyente, la esperanzada, la caritativa, a nuestro Padre Coll, hombre de vida teologal profunda que con la fuerza del Espíritu escuchó, vio, contempló, vivió y anunció el Evangelio, se ponía el colofón a la Visita y jornada fraterna.

Agradecemos a la comunidad de El Roble la acogida y sus muchos detalles lo cual nos permitió gozar de un encuentro fraterno verdaderamente festivo.

A las HH. Ma. Natividad y Asunción, así como a las hermanas del Consejo general un GRACIAS muy grande  y el compromiso de nuestra oración.

                                                                                    H. Rosa Di Tullio

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