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ENCUENTRO DEL VOLUNTARIADO «ANUNCIATA»

23 noviembre, 2015

Madrid, 7 y 8 de noviembre de 2015

 

Los días 7 y 8 de noviembre nos reunimos en la “Casa general” de Madrid 46 personas. Religiosas, voluntarios y jóvenes de toda nuestra geografía compartieron durante dos días sus experiencias en el campo del voluntariado misionero bajo el lema: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”.

El objetivo del encuentro era doble. Por un lado, se trataba de que los voluntarios que ya han colaborado con nuestras hermanas en alguno de los proyectos que éstas realizan en América, África, Asia o España pudieran compartir sus experiencias de voluntariado entre ellos. Por otro lado, se ofrecía a los jóvenes que han manifestado su deseo de participar en una experiencia de voluntariado misionero la oportunidad de conocer cuáles son los proyectos que las hermanas Dominicas están llevando a cabo en todo el mundo y conocer también las orientaciones de la Congregación en el campo del voluntariado.

El encuentro empezó el sábado día 7 por la mañana sólo con aquellas personas que ya han participado en una experiencia de voluntariado misionero. Ante nosotros, la H. Miriam Zapeta completó una pequeña escenografía con la que pudimos visualizar simbólicamente nuestros objetivos: una pequeña casita con puertas delante y detrás nos mostraba cuál es el espíritu abierto y acogedor con el que los voluntarios trabajan en misiones. Y es que los ahí reunidos no se conocían por el trabajo o por vínculos de sangre, sino por algo humanamente profundo: su compromiso para con los demás.

Dos objetos más acompañaban nuestra casita: un cuenco con tierra y una planta nos recordaban que este compromiso misionero no sólo es con las personas que nos necesitan, sino también con la Tierra que nos acoge. Y así fue como pudieron compartir vivencias y experiencias los voluntarios que habían estado en Guatemala, Nicaragua, El Salvador y  Benín.

Hubo coincidencia entre los presentes al decir que hay un antes y un después en la vida de una persona que ha participado en experiencias de voluntariado. El voluntario percibe que puede dar mucho, pero que aún recibe más de aquellos a los que ayuda. Sabe que su presencia es temporal y que no siempre podrá llevar a cabo el proyecto con el que había llegado; pero experimenta que, estando allí, escuchando, trabajando o llorando con sus nuevos amigos y vecinos ya está haciendo mucho.

Otra constante de las experiencias contadas en el encuentro de Madrid es la generosidad, la sonrisa y el amor con los que siempre es acogido el voluntario. Aquellas personas que le reciben comparten con él lo poco que tienen. Y lo hacen con agradecimiento, abriendo sus casas y su corazón.

Los voluntarios destacan también el valor y la actitud ejemplar de las hermanas en misión: ante situaciones extremas, su respuesta es excepcional. Su vitalidad incombustible es un ejemplo para todo voluntario que las conoce. Subrayan los voluntarios cuán necesario es acompañar a las hermanas en su plegaria y oración. En Laudes, acudir con ellas a la capilla permite al voluntario reponer la serenidad y la fuerza con las que afrontar su trabajo. Al terminar la jornada, en la oración compartida de Vísperas, voluntarios y hermanas piden a Dios por las necesidades de aquellos a quien asisten, y le dan las gracias por las ayudas recibidas.

Todos los voluntarios tienen la misma sensación al volver a su país de origen: “¡Quizás pudimos haber hecho más!”. Pero es mucho lo que se hace; se abren caminos, se genera ilusión, se da ejemplo. En definitiva, el voluntario percibe que marchó de aquí con un proyecto en la cabeza, y volvió con un sentimiento de amor en el corazón.

Nuestro encuentro también debía permitir a los nuevos voluntarios conocer mejor la Congregación y sus proyectos en misión. Cada comunidad en cada país afronta realidades y ritmos distintos. La obra conjunta es maravillosa: voluntarios y hermanas ante una misión comunitaria. Los voluntarios aportan una ayuda muy necesaria, pero tienen que estar bien preparados y ser conscientes de aquello que se espera de ellos.

Por eso, la tarde del mismo sábado pudieron conocerse por fin aquellos que tienen ya experiencia de voluntariado y aquellos que quisieran tenerla pronto. Con sus exposiciones, los voluntarios pudieron explicar diversas experiencias en Centroamérica; mientras que el domingo conocimos de mano de sus fundadoras qué es el proyecto El Arco de la Solidaridad, así como también experiencias de voluntariado en nuestras misiones de Benín.

A los nuevos voluntarios se les presentó el folleto “Voluntariado misionero. La Anunciata en misión”, donde se explica quiénes somos, qué nos motiva, cuáles son nuestros proyectos y cómo trabajamos. Se recordó al nuevo voluntario que vivirá experiencias enriquecedoras que pueden cambiar su vida. Las hermanas les facilitarán su formación y les asignarán un proyecto. Se les subrayó que su participación se caracterizará por su naturaleza comunitaria y que el espíritu y el carisma del Padre Coll presidirán su colaboración con las hermanas.

Finalizamos el encuentro conjunto el domingo al mediodía, con la proyección de un emotivo vídeo sobre la presencia de nuestras hermanas en Nueva Esperanza (Argentina). A esta proyección le siguió una reunión de la H. Miriam y nuestras delegadas de misiones con los nuevos voluntarios. En ella se pudo concretar más detalles sobre cuáles serán los proyectos en los que podrán participar.

El encuentro también sirvió para recordarnos que pronto se podrá constituir la ONG “Anunciata Solidaria”, de la que ya se nos habló en el I Encuentro Misionero Solidario “Anunciata” que se celebró en León el pasado mes de julio. La futura ONG tiene entre sus objetivos los de canalizar y coordinar la acción solidaria de la Congregación, dar cobertura a voluntarios y colaboradores así como también servir de plataforma para dar a conocer a todas nuestras escuelas y otros espacios cuáles son los proyectos que se llevan a cabo desde la Congregación.

Coincidió nuestra estancia en Madrid con la apertura solemne del Jubileo Dominicano que, bajo el lema “Enviados a predicar el Evangelio”, recuerda la publicación hace 800 años de las Bulas papales que confirmaban la fundación de la Orden en 1216 y 1217. Por ese motivo, recibimos el programa con los actos que se llevarán a cabo durante este año, y en el que se nos invita a compartir el gozo y la libertad de ser enviados junto con toda la Familia Dominicana a predicar el Evangelio de Cristo. Y esta también es la invitación que hace la Congregación a todos los voluntarios misioneros.

Todos aquellos jóvenes que participaran como voluntarios en nuestros proyectos tendrán ocasión de reunirse una vez más para concretar los detalles de su participación en unos encuentros que se celebrarán en Madrid y Barcelona durante el próximo mes de febrero.

Carme Panella