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ROSARIO CON TEXTO EXTRAÍDOS DE LA HERMOSA ROSA
Introducción
Compartimos en este folleto algunos textos extractados del libro La Hermosa Rosa con los que San Francisco Coll esperaba ayudar al pueblo a seguir descubriendo el Rosario como oración contemplativa y evangélica. Sabemos de la importancia que tuvo el amor a María, y en especial al Santo Rosario, en su vida. El Rosario lo acompañó en el hogar desde niño y en sus largas caminatas misioneras. El Rosario le permitía a él, fraile exclaustrado, experimentarse siempre íntimamente unido a la vida dominicana. El Rosario era el instrumento que hacía sus delicias en la predicación y que recomendaba encarecidamente a sus hermanas. Rosario que desgranaba amorosamente, como libro y como todo, en los difíciles tiempos de la enfermedad.

Con el Rosario alabó, contempló, y vivió el misterio de la «oración incesante»; con él supo integrar sencillez y profundidad. Fue su medio más eficaz y afectivo para unirse a Jesús y a María en sus alegrías y en sus dolores. En la escuela del Rosario aprendió a ser maestro de oración, incansable en enseñar al pueblo aquella Escala del cielo, con la que hacía accesible a todos la vida espiritual. Con esa facilidad que tenía para allanar el camino a los humildes, proclamaba a tiempo y a destiempo que la amorosa Virgen había ideado esta vía sencilla para acercar a todos la salvación. ¡Qué buena noticia en tiempos en que tantos predicadores acentuaban el temor y la dificultad!

El Rosario fue, especialmente, un legado preciado de su corazón para nosotras, sus hijas y hermanas: “Este es nuestro santo rezo, y éste es el que ponéis, cuando lo rezáis, en manos de María, y ella lo presenta y pone en las manos de nuestro Padre celestial. Y decidme, ¡oh amadas Hermanas! ¿qué será lo que no alcancéis?… Rezadlo, rezadlo con viva fe, con toda humildad, con todo fervor y atención posibles” (Proyecto de Constituciones).

El Rosario del P. Coll es una oración profundamente contemplativa, un medio de unión con los misterios centrales de la vida de Jesús y de María. La meditación de esos misterios es esencial en la concepción del Padre Coll: «Oración vocal y mental son las dos alas que ofrece el Rosario de María a las almas cristianas para volar a la altura de aquel misterioso árbol [el de los misterios de Cristo …]. Y, si en el orden natural es evidente temeridad intentar remontarse con una sola ala, es también manifiesto error en lo espiritual pretender frutos abundantes del sagrado ejercicio del Rosario, usando de la sola ala de la oración vocal, sin aplicar la atención y consideración a los divinos misterios» (La Hermosa Rosa). (…)

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