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DOMINICAS DE LA ANUNCIATA EN VIETNAM

3 marzo, 2020

Nuestro sueño de tener otras comunidades en otros países de Asia se cumplió cuando se abrió la primera comunidad de las Hermanas Dominicas de la Anunciata en el segundo país asiático en la hermosa tierra de Vietnam. Vietnam está aproximadamente a 1.467 kilómetros de distancia de Filipinas, más o menos 2 horas y 11 minutos para viajar en avión.

Era el 13 de septiembre de 2013 cuando la Hna. Cirila Zárate viajó a la ciudad de Hồ Chí Minh acompañada por las Hermanas M. Inés Fuente y Rosa María Picas de los consejos generales y provinciales, respectivamente. Unos días antes, las hermanas Cristine Caliguiran, Thu y La ya habían viajado, de esta manera se formó la nueva comunidad de Vietnam bajo el nombre de Nuestra Señora del Rosario, tal como lo dio la Priora Provincial en aquel momento, la Hna. Mª Isabel Andrés Fernández.

El sueño continúa creciendo a medida que el Señor nos bendice con vocaciones. Casi siete años después, la primera comunidad ha dado a luz a otra. Era el 25 de julio de 2019 cuando la segunda comunidad en Vietnam se abrió oficialmente a través de la proclamación de la Hna. Ma. Rosa Masramon Bigas, Priora Provincial de San Raimundo de Peñafort. La nueva comunidad lleva el nombre de San Pedro Almató, un misionero dominico que fue a Filipinas y luego a Vietnam, el lugar donde recibió el don del martirio cuando él y otros dos misioneros fueron arrestados a finales de octubre de 1861 y fueron decapitados el 1 de noviembre en Hải Dương (norte de Vietnam) y cuyas reliquias fueron depositadas en nuestra Casa Madre, pero desaparecieron durante la Guerra Civil.

Las dos comunidades tienen miembros iguales no solo en número sino también en nacionalidad y en las etapas de formación. Las dos comunidades están compuestas por una hermana filipina (HH. Maribel y Joyce), dos hermanas vietnamitas profesas perpetuas (HH. Lan y Thach en una, y HH. Thu y Ly en la otra comunidad), y una Hermana vietnamita de votos temporales en cada comunidad (HH. Nguyet y Duyen). La comunidad de Nuestra Señora del Rosario es el postulantado en la cual actualmente tenemos cinco Postulantes, mientras que la comunidad de Pedro Almató es el aspirantado.

La misión principal de la congregación aquí en Vietnam es la formación de las jóvenes, a saber, las aspirantes, postulantes y las hermanas. A medida que crecemos en número, también crecemos en misión. La comunión y la catequesis en la parroquia de Ha Noi, la primera parroquia que acogió con beneplácito nuestra colaboración, continúa. Ahora también estamos colaborando en nuestra parroquia principal, donde nuestras hermanas vietnamitas se unen a un grupo para rezar y compartir la Palabra de Dios con familias, drogadictos y especialmente para aquellos que desean regresar a la Iglesia Católica. También aconsejan a los drogadictos, aquellos que están psicológicamente perturbados o simplemente escuchan la historia de las familias, especialmente los muy pobres. Las hermanas y las Postulantes también van al orfanato para ayudar a una Congregación a cuidar a los niños.

Convencidas de que el Ministerio de Vocaciones Juveniles es una demanda evangélica y una respuesta de fidelidad a la Iglesia, las dos comunidades intentan llegar a los jóvenes en cualquier posibilidad que tengamos. Aunque la promoción vocacional en Vietnam no se puede hacer públicamente, cada hermana participa de todas las formas posibles, incluidas las postulantes.

Todas las hermanas en ambas comunidades están enseñando inglés en diferentes lugares, escuelas, familias y seminaristas. Las hermanas también participan en una misión de una congregación local dominicana. Van a los más pobres de los pobres o al grupo indígena el cual es muy útil para las hermanas que participan. A través de la misión, las hermanas están expuestas a diferentes situaciones y realidades de nuestros hermanos y hermanas vietnamitas, especialmente los pobres, la preferencia de nuestro Señor Jesucristo.

Dada la situación en un país comunista, nuestras dos hermanas filipinas no pueden tener un apostolado directo en la parroquia ni nuestras hermanas vietnamitas pueden hacer una misión propia. Soñamos poder hacerlo cuando ya estemos registradas tanto en la archidiócesis como en el gobierno. Fuimos aceptadas y registradas en la archidiócesis el 2 de junio de 2018, pero con el nuevo arzobispo, a todas las congregaciones extranjeras se les pide de rehacer el registro. Continuamos poniendo todo en la mano de Dios … seguimos dando y viviendo nuestro «sí» a Dios con nuestra Bendita Madre María … seguimos pidiendo vuestras oraciones, Hermanas … seguimos soñando y cumpliendo el sueño de Dios, de Sto. Domingo y de nuestro Amado Padre Francisco Coll: Predicar la Palabra de Dios en todos los rincones del mundo y extender nuestra Congregación en todos los lugares. Que nuestras Hermanas Mártires Benditas intercedan por nosotras.

Por todas vuestras oraciones y apoyo, nuestra más sincera gratitud, Hermanas.

Hermanas de Vietnam

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