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Corazones despiertos y encendidos

28 enero, 2017

Un Regalo.

Desde el día 03 de enero de 2017, un grupo de 21 hermanas entre 25 y 35 años de profesión religiosa como Dominicas de la Anunciata, nos encontramos en La Granja disfrutando de un fraternal encuentro internacional de formación que durará, Dios mediante, hasta el 28 de febrero de este año. No dejamos de tener presentes a las hermanas que por diversos motivos no pudieron llegar.

 Profundidad

                En este verdadero regalo de Dios y la Congregación que estamos viviendo hemos podido profundizar diversos temas. Hasta ahora: Vida Consagrada, iluminadas por el sacerdote jesuita Toni Catalá; La gracia de nuestra identidad dominicana, la predicación y la espiritualidad del Gobierno dominicano, guiadas por nuestro hermano Javier Carballo op; Interpelaciones de la realidad, la economía como influyente en el modo de ser de las personas hoy, que nos orientó el laico dominico Javier Fuertes. Luego nosotras mismas dimos una mirada a las Provincias. Esta semana la H. Natividad, priora general, y las hermanas que prestan su servicio en las distintas delegaciones generales, nos están ayudando a profundizar en aspectos de nuestro ser de Dominicas de la Anunciata.

 Un pentecostés

                Estamos viviendo un verdadero Pentecostés. Entre las 21 hermanas participantes hay nueve lenguas diferentes, cinco etnias, siete nacionalidades, destinadas en diez países y presentes en veinte comunidades. Todas con un mismo espíritu y un solo corazón que agradece hasta más no poder esta oportunidad de reencontrarnos varias y de conocernos, otras.

 La Acogida

Si bien este encuentro se está desarrollando en La Granja, en la “casa de los espejos”, donde nuestras hermanas de la comunidad se han desvivido en atenciones, hemos tenido la dicha de visitar las comunidades de Alfonso XIII, Aluche, General Oraa, El Roble- donde estuvimos dos días-  Así como Caleruega y el monasterio de dominicas de Madrid custodio de la Pila bautismal de nuestro padre Domingo. Estamos maravilladas y muy agradecidas de la acogida y cariño con que hemos sido recibidas y atendidas en cada lugar. De verdad, esto es la gracia de la Fraternidad y la caridad, la caridad, la caridad… Hemos experimentado gracia tras gracia y sobre todo, una vez más,  la experiencia de que “La Anunciata es obra de Dios”. Ya les seguiremos contando más.

Gracias a Dios, gracias hermanas, especialmente a quienes han hecho posible este encuentro que tiene la hondura que tanto deseamos todas, para luego llevar a nuestras comunidades lo que hemos contemplado.

Hermanas de entre 25 y 35 años de Vida Consagrada en la Anunciata.