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CONVIVENCIA PJV

8 febrero, 2018

6Campo de Criptana, 3 de febrero 2018

Puntualidad e ilusión definían a estas dieciséis chicas a las nueve de la mañana del día 3 de Febrero.

Ya las conocéis. Son chicas universitarias, estudiantes de bachillerato y de 4º de la ESO que están dispuestas a tomarse en serio lo del seguimiento a Jesús. Y… para ello, no dudan en desafiar el frío de una mañana gélida, ni en “aparcar” por un día otras actividades más lúdicas y atractivas. Ellas… son así: diferentes, leales, de convicciones firmes.

Tres Hermanas y dos profesores laicos íbamos a acompañar muy de cerca a estas jóvenes durante todo el día. Por tanto… muy dispuestos a disfrutar.

El lema que iba a orientar nuestra reflexión sería: “Mi alma tiene sed de Ti, Señor” (Salmo 62), teniendo como hilo conductor a lo largo de toda la convivencia, el texto de la Samaritana (Jn 4, 6-30).

Tras la llegada y primeras emociones se inició una oración que iba a provocar en todos nosotros el deseo de sentirnos enviados a acariciar el dolor de los niños, la tristeza de las mujeres maltratadas, la soledad de los jóvenes, algunos quizá compañeros nuestros.

Al finalizar la oración, dinámicas y juegos colaborativos iban a posibilitarnos descubrir los rasgos de nuestra propia identidad. Disfrutamos y reímos perdiendo y ganando “chuches” y sobre todo, poniendo en la espalda de nuestras compañeras a ritmo de música, las cualidades que veíamos en ellas. ¡Qué bonito! al finalizar quitarte el folio que llevabas en la espalda y descubrir cómo te veían los demás… En este caso las apariencias no engañaron.

Y… llegamos al núcleo de nuestra reflexión: La samaritana. Nos enfrentamos con la lectura de un texto del evangelio de Juan.

Una mujer de Samaria llega a un pozo a sacar agua, ajena a lo que allí le espera y que nada en la trivialidad de su vida cotidiana, hacía previsible. Va por agua con el cántaro vacío para volverse con él lleno a su casa. No hay más expectativas, ni más planes, ni más deseos.

Pero lo “imprevisible” la estaba esperando junto a aquel galileo sentado en el brocal del pozo que entabla conversación con ella sobre cosas banales, como para no asustarla: hablan de agua y de sed, de pozos y de viejas rencillas entre pueblos vecinos, cosas de todos los días. De pronto irrumpe el lenguaje de “las cosas de arriba”: el don, un agua que se convierte en manantial vivo, la promesa de una sed calmada para siempre, un Dios en búsqueda, fuera de los espacios estrechos de templos o santuarios.

La mujer se defiende e intenta mantenerse en un nivel de trivial superficialidad, huyendo de la irrupción de lo de arriba en su vida. Pero, al final de la escena el cántaro que era símbolo de la pequeña capacidad que está dispuesta a ofrecer, se queda olvidado junto al pozo, inútil ya a la hora de contener un agua viva.

Tras la lectura meditativa y pausada del texto del evangelio de Juan, tres preguntas incisivas en clave vocacional, iban a dar pie a una puesta en común sincera y enriquecedora. Personalmente y en grupo casi todas coincidieron en describir su búsqueda actual del “agua de la vida”.

Con el título: “Tú eres querida por Dios” (un vídeo impresionante), cerramos esta puesta en común en la que todos nos habíamos sentido, de alguna manera, “tocados” por el Señor Jesús.

Finalizamos la convivencia en la capilla de la comunidad de las Hermanas con una bonita oración repleta de símbolos, expresión de lo vivido durante todo un día cargado de vivencias y emociones.

La comida y la “fiesta” cerraron este encuentro inolvidable.

Una vez más agradecemos a la comunidad de HH de Campo de Criptana su sencillez y acogida. Para las jóvenes y para los que las acompañamos es sin duda, una comunidad de “puertas abiertas” que deja vislumbrar su experiencia de Dios en clave de comunidad y contemplación. Y así, se hace “predicación”.

 

CONVIVENCIA PJV