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COMENTARIO DE LA PALABRA I DOMINGO DE CUARESMA 2023

23 febrero, 2023

La primera lectura está tomada del libro del Génesis 2,7-9; 3,1-7a, que nos muestra y nos hace descubrir que el hombre está en el corazón del plan de Dios. En la primera parte de este texto, descubrimos la creación. Dios da todo el poder al hombre para dominarlo todo y goza de toda libertad. Recibe inteligencia de Dios y se le da libertad. Una libertad que le permite elegir el bien o el mal. El Señor Dios plantó un jardín en el Edén, en el oriente, y colocó al hombre en él… Dios hizo crecer de la tierra toda clase de árboles de aspecto atractivo y frutos sabrosos…». Dios lo provee todo para el hombre. Teniendo todo en su poder, se elige a sí mismo como Dios. Es precisamente en esta elección donde interviene la tentación, seducido por la grandeza, esta tentación le lleva a pecar.

Sin embargo, la segunda parte de este extracto muestra la elección y la libertad del hombre que le lleva a desobedecer el plan de Dios. El hombre cae en el pecado y reconoce su culpa. Esto es lo que nos presenta el Salmo 50, el arrepentimiento del hombre por su desobediencia, pide perdón a Dios, apela a su misericordia y a su gran Amor. Implora la «gran misericordia» de Dios. El hombre reconoce su estado de miseria «Sí, reconozco mi pecado…», implora a Dios que restaure el orden dándole un nuevo ser como al principio «purifícame de mi delito».  «Devuélveme la alegría de haberme salvado», grita desesperado y quiere ser redimido, y proclama la alabanza de Dios. Ante este grito de desesperación y súplica, ¿cuál será la postura de Dios?

La carta del apóstol San Pablo a los Romanos en el capítulo 5 versículos 12-19, muestra la desobediencia del hombre a Dios. En resumen, por su libertad, el hombre hace una elección que no cumple con los requisitos de la ley divina; pues el pecado lo lleva a su degradación.  Dios es misericordioso. En realidad, Dios está preocupado por restablecer el orden, por elevar al hombre, por lo que decide encarnarse, enviando a su hijo en el que se restablece todo el orden caído. Por medio del hombre nuevo JESUCRISTO, hay vida nueva, esperanza, un hombre nuevo Adán el Hijo de Dios en él, hay cumplimiento de la justicia, así todos los que obedecen su ley obtienen justificación y vida en total cumplimiento.

En el evangelio de San Mateo, capítulo 4 versículos del 1 al 11, descubrimos al diablo enfrentándose a Jesús, pone en marcha todas sus posibilidades para destruir una vez más el plan de Dios. Así pues, esta tentación se presenta en tres facetas de la vida del hombre, a saber, el pan, el poder y la gloria. En todas estas tentaciones, Jesús utiliza las Escrituras para hacer saber al diablo que nada es nuevo para él y que la palabra de Dios está por encima de todo.  Con Jesucristo contemplamos la gracia del bautismo, él muestra el camino que todo hombre debe seguir. El Hijo de Dios, revestido de la gracia del bautismo, se enfrenta al demonio, quien, a pesar de los signos evidentes, persiste en pedir más pruebas del poder divino: «Si tú eres el Hijo…». El demonio pasa por otra posibilidad para desviarlo. Sin embargo, le reconoce como Hijo de DIOS, por eso, en cada tentación, le pide esta condición: «Si tú eres el Hijo…».

En la primera tentación, el diablo le ofrece el elemento cotidiano del que ninguna criatura, ningún ser vivo puede prescindir: «EL PAN». «Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan. El diablo va en contra de la provisión de Dios y, sin embargo, Dios ha establecido todo poniéndolo en orden. El hombre es colocado en el huerto donde todos los panes estaban a su disposición. Por eso la respuesta de Jesús es inequívoca: Está escrito: «No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios».  Jesús no rechaza el pan que alimenta al hombre. Sin embargo, es una invitación al diablo a ir más allá, elevando el aspecto humano. Dios ha puesto en cada hombre lo sagrado de la vida que es «vivir… toda palabra que sale de la boca de Dios».  En esta realidad, Jesús toma el reverso de la propuesta del demonio, haciéndole saber que el alimento que ofrece reduce al hombre al aspecto animal o vegetal.

Jesús señala este aspecto y establece la diferencia entre los seres humanos y los demás seres. El demonio propone pan perecedero, pero Jesús le hace descubrir que la vida del hombre no se limita a este aspecto, sino que va más allá de lo que es común a los demás seres vivos. Le dice al demonio que el hombre es capaz de vivir y alimentarse de la palabra de Dios. La palabra de Dios es el pan imperecedero, nos sacia de la vida de Dios, nos edifica, nos levanta, nos permite superar las circunstancias de la vida. En el libro de Deuteronomio 8, 3 «…no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios». Es a una de estas referencias a la que alude Jesús cuando afirma: «está escrito». La segunda tentación «Si eres Hijo de Dios, tírate al suelo… él dará órdenes a sus ángeles por ti…» El diablo ofrece poder a Jesús.

Sin embargo, Jesús le da una respuesta directa: «Está escrito: ‘No pondrás a prueba al Señor tu Dios’. Jesús hace saber al diablo su plan para ponerle a prueba, para socavar el plan de Dios, como hizo con el primer hombre Adán.  Sin embargo, como Hijo de Dios y revestido de la gloria de Dios y de la gracia bautismal, no puede caer. Haciendo que el diablo descubra que el Señor es su Dios y que es mediante la desobediencia como intenta destruir el plan de Dios. Jesús se lo recuerda diciéndole «… el Señor tu Dios» «tu» adjetivo posesivo. Todo hombre tiene la vocación de buscar, de poseer a «Dios». Con ello devuelve al diablo a la realidad, le hace descubrir su debilidad, pues él también es una criatura de Dios que ha desobedecido y compite con Dios. Pone a prueba al Hijo de Dios tratando de socavar la misión que se le ha confiado. Al declarar al diablo, «no pondrás a prueba al Señor tu Dios. Jesús lo desenmascara mostrando que busca ponerlo a prueba. Poner a prueba a Jesús es buscar conocer la realidad profunda de su persona, su apariencia, su resistencia, conocer la profundidad de su corazón. Sin embargo, Jesús se resiste demostrándole que es como Dios.

La tercera tentación es la de la gloria, que el diablo propone a Jesús: «Todo esto te daré si te postras y me adoras. Entonces Jesús le retrotrae a los decálogos: Deuteronomio capítulo 5 versículo 7 «No adorarás a otro Dios sino a mí». Se lo hace saber reformulando esta idea. Porque dice: «Escrito está: Delante del Señor tu Dios adorarás, y a él solo adorarás» le hace saber que lo que propone no está de acuerdo con lo que ya existe en la ley de DIOS, pues el libro de Deuteronomio capítulo 5 versículo 7 «No adorarás a otro Dios sino a mí». Solo Dios merece ser adorado. La adoración pertenece al creador del universo, que la merece porque es el autor de todo lo que existe. Todo hombre debe reconocer su bajeza ante el creador del universo doblando la rodilla.  Tentar a Dios es ponerse en un camino, en una situación sin salida. Jesús muestra así la fidelidad de su pacto con Dios.

Estos textos que la Iglesia propone, en este primer domingo de Cuaresma, invitan a orientarse en este tiempo de conversión y de creer en la buena nueva. El tiempo de Cuaresma no se limita al aspecto de la privación de alimentos, sino sobre todo a nutrirse de la palabra de Dios para crecer en la fe. Es el momento de adentrarnos en el desierto para liberarnos de todo lo que nos impide caminar con Dios. Implica una lucha interior para destacar y elegir una experiencia de libertad según el plan de Dios. Vivir la Cuaresma es dejarse modelar por Dios a través de su palabra nutricia. Este tiempo nos invita a buscar el poder de Dios y no el poder que nos ofrece el diablo. Volvamos a Dios para revestirnos de su poder, porque todos los que han recibido la gracia bautismal llevan en sí la marca indeleble del poder de Dios, que pone a cada hombre en camino hacia el reconocimiento de su gloria. Estemos en constante búsqueda de la gloria de Dios. No busquemos nuestra gloria, sino el camino divino que nos invita a una conversión permanente. Estemos siempre en camino hacia la verdadera conversión.

Hna. Hortense OKAINGNI OP
Dominicas de la Anunciata
Comunidad del noviciado – BONOUA
Costa de Marfil