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12 de enero de 2020

Mateo 3, 13-17

Con la celebración del Bautismo de Jesús,  comienza su vida de compromiso por el Reino.  Para nosotras debería tener el significado de que –con ese Jesús que acogimos en Navidad como nuestro salvador-, queremos seguir,  también con Él, ese camino, esa Misión que inicia.

Por lo tanto, el bautismo de Jesús nos debería  animar a ser más conscientes de lo que supone seguir siendo seguidoras de Jesús. Porque seguir a Jesús es seguir la tarea iniciada por Él. Dando sentido y valor a la vida cotidiana,  sabiendo por qué y para qué amamos; es redescubrir el compromiso de ir haciendo de este mundo un mundo de hermanos, el camino de la Paz y Justicia que Dios nos promete.

Sencillamente,  se trata de que nuestra vida diaria la vivamos más conscientemente desde el amor a Jesús. Y esta vida vivida así, debería tener un aporte de esperanza, alegría, ayuda para  los que nos rodean y también de compromiso cara a los retos sociales que viven nuestros pueblos. Un creyente que renuncia al sueño de transformar su entorno y el mundo,  es alguien, se puede decir, que rechaza los compromisos bautismales.

Cada una de nosotras  nos deberíamos sentir hijas predilectas, elegidas, amadas y enviadas a nuestra sociedad para llevar un mensaje de esperanza, liberación y transformación.

Espero que estas pequeñas reflexiones nos ayuden en los próximos días. Un abrazo. Eskerrik asko (muchas gracias).

Galtzaraborda Diciembre 2019.

Hna. Maite Iturriaga