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COMENTARIO AL EVANGELIO MIÉRCOLES DE CENIZA 2022

1 marzo, 2022

El Miércoles de Ceniza, que conmemoramos hoy, es un día de penitencia para los cristianos basado en la oración, la limosna y el ayuno.

Este Miércoles de Ceniza crea, en la conciencia de los creyentes, la idea de religión. Es el comienzo de los cuarenta (40) días de Cuaresma. Por tanto, tiene lugar cada año cuarenta días antes de Semana Santa y se celebra el día siguiente al lunes de Carnaval o martes de Carnaval, en fecha variable (en febrero o marzo). Este evento es una oportunidad para que la Iglesia Católica recuerde la condición humana: Recordatorio a la Conversión y Llamado a la Penitencia.

Como otros signos y símbolos que fascinan la vida del hombre en todos los ámbitos de su historia, el símbolo del Miércoles de Ceniza tiene sus orígenes. Se remonta al Antiguo Testamento y al Nuevo Testamento. La reutilización de las cenizas ha estado ligada a la penitencia desde el Antiguo Testamento. El profeta Daniel describe el Ritual de la Ceniza en estos términos: especialmente en el Libro de Daniel y en el Libro de Jonás: ”cilicio y ceniza”. Dan 9, 3.

También encontramos la penitencia hecha con cenizas en el libro del profeta Jonás: “Al llegar el ruido al rey de Nínive, se levantó de su trono, se quitó el manto, se cubrió con un cilicio y se sentó sobre las cenizas”. JONAS 3.6.

En la Nueva Alianza, especialmente en el cristianismo, el tiempo de 40 días es instituido por el Concilio de Nicea, convocado por el emperador Constantino I. Fue el primer Concilio de Nicea, en el año 325, el que recomendó un ayuno de cuarenta días para preparar la Pascua.

Alrededor del año 591, el Papa Gregorio I instituyó la costumbre, en este miércoles, de consagrar al servicio divino las cenizas de las ramas del año anterior y de trazar una cruz con estas cenizas en la frente de los fieles. La primera oración para la bendición de las cenizas data del siglo XI.

El Miércoles de Ceniza es un día que marca el inicio de la Cuaresma en el cristianismo. Las cenizas se obtienen quemando las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. Es un recordatorio a la Conversión y llamado a la Penitencia. Al recibir la cruz de las cenizas, los fieles deben tomar conciencia de su carácter efímero y ser llamados a la conversión. La palabra “conversión” proviene del griego “μετανοια, metánoia”, que significa “cambio de pensamiento, cambio de significado, conversión de pensamiento”.

La Iglesia ha organizado tradicionalmente una Misa durante la cual el sacerdote, después de la proclamación del Evangelio y la homilía, traza una cruz sobre sus frentes con ceniza, pronunciando este versículo del Evangelio según Marcos (Mc 1,15 ): “Conviértanse y crean en el Evangelio”, o “Conviértanse y crean en la Buena Noticia (del Evangelio).» o el famoso pasaje «Polvo eres y al polvo volverás». Génesis 3.19.

La imposición de la ceniza en la frente del penitente es una evocación simbólica de la muerte, un llamado a la conversión, un símbolo de renacimiento, una imagen de nuestra pobreza y un signo de la misericordia de Dios. Quienes no puedan, por múltiples y diferentes motivos, estar presentes durante la celebración de la misa del Miércoles de Ceniza, pueden recibir las cenizas por parte de los representantes del sacerdote.

La penitencia se puede resumir en tres acciones: oración, limosna y ayuno.

  • Oración: El objetivo es prepararse para la Pascua. Es un modo concreto de unión de los cristianos con Jesucristo, quien, después de su bautismo por Juan Bautista, ayunó cuarenta días en el desierto para prepararse a su misión, a la muerte y a su resurrección.
  • La limosna: Es también una oportunidad para desprenderse de todo lo que aleja de Dios;
  • Ayunar: Reducirse o privarse representa un camino de humildad que permite tomar más conciencia de lo que viven a diario tantos seres humanos en la Tierra, y permanecer en una actitud de acogida. El ayuno no siempre toma la forma de privación de alimentos, pero puede ser símbolo de diferentes elementos.

En el cristianismo primitivo, la aportación de los que ayunaban se redistribuía entre los pobres.

Los católicos están obligados a la abstinencia y al ayuno el Miércoles de Ceniza, excepto en casos especiales (niños, ancianos o enfermos, personas que ejercen un trabajo físicamente difícil).

Durante este tiempo de Cuaresma, pidamos al Señor que nos moldee para que sigamos siendo verdaderos testigos de Dios en todo. Y que ayudemos a otras personas a encontrar alivio en Dios.

Que la Virgen María, Madre de Jesucristo y Madre nuestra, siga intercediendo por nosotros.

Buen tiempo de Cuaresma a todos.

Hna.  CESARIE, COMUNIDAD DE BEMBEREKE – BENIN