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COMENTARIO AL EVANGELIO II DOMINGO DE CUARESMA CICLO C 2022

8 marzo, 2022

Celebramos en este segundo domingo de cuaresma, un pasaje bien entrañable y meditado multitud de veces.

En el Evangelio de hoy aparecen elementos bíblicos que eran familiares para la tradición judía y que nosotros debemos tener en cuenta para comprender el mensaje que Lucas nos quiere transmitir.

Subió al monte a orar: es en lo alto donde se va a mostrar la revelación de Dios.

El aspecto de su rostro se mudó:  sólo el rostro de Jesús permanece transfigurado, los demás desaparecen.

Vamos a hacer tres tiendas: aquí Pedro hace referencia a la intimidad con Dios.

Se formó una nube. Se llenaron de temor: el temor confiado acompaña siempre la experiencia de Dios. Es el asombro y respeto que provoca la cercanía de Dios. María también se turbó, ante las palabras del ángel.

Vino una nube sobre ellos: este es mi Hijo, mi elegido, escuchadle: cumplirlo es una experiencia única. Jesús es alguien que dice LA VERDAD. Alguien que muestra qué y para qué vivir. Alguien que anima y ofrece las claves para construir nuestro mundo más justo y digno.  Misión interminable con resonancia a nuestra vida minuto a minuto.

Según los tres evangelistas que refieren este suceso, Jesús tras anunciar su pasión, llevó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan. ¡Solo a ellos! Se atribuye que ellos tres eran los que más se oponían a seguir aquel camino de servicio humilde y solidario con el que Jesús pretendía instaurar el reinado de Dios.  Por eso los lleva con El para mostrarles que ese era el camino para la salvación del mundo. Qué sensibilidad la de Jesús que al igual que a nosotr@s nos acoge de modo especial, para mostrarnos su voluntad a la que, a veces, no somos capaces de aceptar o entender.

Moisés y Elías desaparecen de la escena para quedarse Jesús solo. Su figura es la única decisiva. Las demás y todo su ropaje nos han de llevar hasta El.

Como Pedro, Santiago y Juan, hagamos un alto en el camino para reemprende la marcha, refrescar nuestra confianza en su evangelio y sentir cercana su presencia en la comunión con los discípulos. Para ello es imprescindible el silencio, la serena cercanía a su Mensaje siempre vivo, la interioridad, la escucha para seguir dando el SÍ que nos convierte en testigos vivos.

El Papa Francisco en Evangelii Gaudium dice: “Siempre hace falta cultivar un espacio interior que otorgue sentido al compromiso y a la actividad. Sin momentos detenidos de adoración, de encuentro orante con la Palabra, de diálogo sincero con el Señor…, las tareas fácilmente se vacían de sentido, nos debilitamos por el cansancio y las dificultades, y el fervor se apaga”.

Como Pedro, Santiago y Juan, estamos invitados especialmente en la cuaresma, a subir al monte, a tomar distancia de las actividades y agobios de cada día, para orar contemplando a Jesús, escuchando su palabra y volviendo de nuevo al compromiso sin echarnos atrás ante las dificultades de la vida.

Ciertamente que hay problemas y sufrimientos engendra­dos por nosotros mismos con nuestra manera equivocada de vivir y habrá que descubrir sus raíces y tratar de supri­mirlos. Hay también sufrimientos y conflictos inevitables: la enfermedad, la vejez, desgracias familiares, confrontacio­nes de intereses legítimos… es el lado oscuro y doloroso de la vida que revela nuestra condición humana tan limitada y débil.

Pero hay otro sufrimiento que brota de la entraña misma del evangelio cuando lo tomamos en serio al luchar contra las injusticias y abusos, o al tratar de aliviar el sufrimiento de los demás. El dolor y la incom­prensión de aceptar una vida austera y solidaria en medio de esta sociedad de consumo y bienestar. Este sufrimiento es el que aceptó Jesús voluntariamente y el que podemos cargar sus discípulos si queremos vivir con Él y como Él para construir su reino.

EL hablar de Dios a los demás y hablar a los demás de Dios, lleva consigo el haberlo encontrado en la verdad de nuestro ser y en lo concreto de nuestra situación particular.

  • ¿Qué celebro o qué resonancia interior tengo al celebrar esta fiesta de la TRANFIGURACIÓN?

Acoger para llenarme y desde ahí dar y ser mensaje y manos, palabra y silencio elocuente, primero en mí, y así ser testigo del Reino.

Hna. M. Isabel L. Marichalar

Provincia «Rosa Santaeugenia»