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COMENTARIO AL EVANGELIO DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

5 octubre, 2021

“Nuestra riqueza, ser discípulos de Jesús”

¿Qué debo hacer para alcanzar la Vida Eterna? Fue la pregunta del joven rico que se encontró con Jesús, puesto que, en su corazón aún siente que “algo le falta”. Jesús lo motiva a un “examen de conciencia” recordándole los mandamientos, los cuales el hombre rico ya cumplía. Sin embargo, la última exigencia que, con “amor”, es ofrecida por Jesús, no era lo que esta persona esperaba. El hombre rico no se siente libre ni menos desapegado de sus bienes. El acumular riquezas, prestigio, poder y honores han sido durante mucho tiempo su sentido de vida. El cree que no ha cometido injusticias con su prójimo al actuar de esta forma.

Pero Jesús le hace ver que no basta acumular riquezas, sino que también hay que hacer el bien. Es decir, “el vender todo y dar lo que posee” es el nuevo, y para muchos algo complejo concepto de justicia de Jesús, ya que esta justicia es un ejercicio de misericordia con relación con los que tienen menos. “El vender todo y dárselo…” fue para el hombre rico una acción que lo sobrepasa, pues él estaba dispuesto a dar limosna, pero no a donarse “personalmente” a la causa del Reino de Dios.

Hoy, estamos invitados a participar de ese exigente, pero hermoso concepto de justicia del Señor, “darnos personalmente” a la causa de Jesús, evitando que nuestro corazón siga apegado a los bienes, ideologías, instituciones y honores. Una forma de descubrir si realmente nos estamos dando con generosidad es cuando lo que hacemos, por amor a Dios, realmente nos duele y cuesta. “Dar y darnos hasta que duela” es para corazones valientes.

“Jesús lo miró con amor y le dijo: Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres”

Cristian Carvajal Velásquez

Profesor del Colegio San Francisco Coll, La Serena, Chile

Fuente de la imagen: Qumran