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COMENTARIO AL EVANGELIO DOMINGO DE PENTECOSTÉS 2022

31 mayo, 2022

 PENTECOSTÉS, FUEGO QUE QUEMA LO VIEJO Y NOS HACE NACER A LO NUEVO

“Se llenaron todos del Espíritu Santo”.

Celebramos la fiesta de Pentecostés.  Fiesta donde todos podemos recibir el gran regalo prometido por Jesús: El Espíritu Santo.

En el Evangelio de hoy Jesús nos trae este gran regalo: su paz, su aliento, su fortaleza y poder para perdonar. Una paz que tiene la capacidad de transformar el miedo en entusiasmo, la duda en fortaleza, la decepción en esperanza, nos da su Espíritu que lleva consigo el don de la fortaleza para mantener la paz y vivir el perdón.

Pablo, nos recuerda que el Espíritu distribuye dones diferentes a cada uno de sus discípulos, para cumplir la misión que les había encomendado. Les enciende el alma y los convierte en luz para el mundo,

Como sucedió en Pentecostés el Espíritu Santo ilumina nuestras oscuridades, fortalece nuestra debilidad y nos llena de alegría para vivir su vida que es la de Dios. Irrumpe en nuestras vidas con el soplo de su Espíritu y, aun teniendo las puertas cerradas, como los discípulos en el cenáculo, viene a inquietarnos y a salvarnos de nuestra aparente paz. Esa es la Buena nueva de hoy. Que el Señor no se cansa de entrar en nuestras vidas para ofrecernos su paz. Una paz que nos abre a los demás con el riesgo de ser heridos. Es una paz que abre desde fuera nuestros sepulcros para que no sigamos viviendo como muertos, sino para que vivamos una vida plena y auténtica, es decir, llena de preguntas y de dudas, pero iluminada por Dios que es el que nos ofrece la auténtica vida en abundancia

Ya no cabe lugar para condenar, ni juzgar. Ahora toca dar una palabra de aliento liberadora y mostrar al mundo que Cristo está vivo y que su Espíritu está en nosotros. Y de aquí pasamos de estar en una casa encerrados por miedo, a abrir puertas y salir a la calle llevando el Evangelio con nuestra propia vida, ayudados por la fuerza del Espíritu.

Sin la presencia del Espíritu que entra en la habitación de nuestro corazón seguiríamos dormidos y la iglesia encerrada en su cenáculo y en sus sacristías.

“Si alguien tiene el Espíritu de Jesús, realiza los mismos gestos de Jesús”

Que María, madre de la Misericordia, nos ayude a abrir nuestras vidas al Espíritu Santo. Que nos dé la fuerza para comprometernos a vivir nuestra fe, a mantener la esperanza en los momentos de dificultad. Que no nos quedemos boquiabiertos mirando a las nubes o esperando grandes signos. Que nuestro mayor signo sea el que nos creamos que el Espíritu Santo está en y con nosotros y que este gozo llene nuestra vida.

Hna. Amelia Fernández

Provincia Rosa Santaeugenia