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COMENTARIO AL EVANGELIO DÍA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD 2021

25 mayo, 2021

Deuteronomio 4, 32-34. 39-40
32, 4-5. 6 y 9. 18-19. 20 y 22
Romanos 8, 14-17
Mateo 28, 16-20

 La fiesta de la Trinidad, no contempla un acontecimiento preciso de la Historia de la salvación, sino toda la obra de la salvación de Dios. Salvación revelada por el Padre, cumplida por el Hijo y llevada a cabo por el Espíritu Santo, en la etapa de la iglesia.
Confesar la Trinidad de Dios, es creer que Dios no es un ser solitario, aislado, encerrado en sí mismo, sino creer en un Dios familia, un Dios en relación y comunión de Amor.

La Iglesia, con un criterio pedagógico, consagra este domingo a celebrar la fiesta de la Santísima Trinidad.
La Palabra de Dios, es para nosotros, un verdadero evangelio, un feliz anuncio.
Según el relato de Mateo, Jesús, después de su resurrección, se presenta a los apóstoles en Galilea y allí les entrega su mismo poder: el poder salvador de Dios, con esta triple orden:
“Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu santo, y enseñándoles a guardad todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

  • Jesús, comunica, en primer lugar, el mandato de la misión, que se concreta en hacer discípulos de todos los pueblos y naciones. Nadie está excluido del proyecto. Esta misión exige moverse, desplazarse, vivir en clave itinerante. La vida del misionero es itinerante. (Así fue la de Nuestros Padres Domingo y Francisco Coll y así debe ser la del dominico, dominica; siempre disponible y en camino…)
  • Para hacer discípulos, dice Jesús, hay que realizar acciones: bautizar y enseñar.
    BAUTIZAR en el nombre del padre, del Hijo y del espíritu Santo, o sea, sumergirse en la vida de la familia trinitaria de Dios: el amor.
    Y ENSEÑAR a vivir la vida de incorporación a la familia trinitaria. El contenido de la enseñanza son los mandamientos de Jesús. El ha interpretado la revelación y ha dejado una nueva ley que es la voluntad del Padre interpretada por Jesús y comunicada a los apóstoles, los cuales ha de ser transmisores fieles de esta interpretación.
  • Al final del mandato de Jesús, está la promesa de su presencia en la comunidad: “Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

Esta es la respuesta a la pregunta que se hacía la comunidad de Mateo y que no es mas que un eco de la pregunta del pueblo de Israel a lo largo de su historia: ¿Está el Señor, con nosotros? (Ex. 17, 7).

Jesús, responde a esta pregunta del pueblo que también es nuestra pregunta personal y lo hace de forma total y definitiva, utilizando la fórmula de la alianza reinterpretada cristológicamente. Jesús es el Dios presente en la comunidad y en cada uno de nosotros.

Esta fe en la presencia de Jesús, estuvo muy viva en los primeros creyentes, lo ha estado y está hoy en la iglesia. Los obispos reunidos en el Concilio Vaticano II en la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, explicita con claridad esta verdad y nos dice:
«Jesús está presente en la eucaristía y demás sacramentos. Está presente en la persona del ministro; está presente en la asamblea que celebra, canta, y suplica; está presente en su Palabra. Está presente en cada uno de nosotros. Por eso los encuentros de los creyentes, no son asambleas de hombres huérfanos que tratan de alentarse unos a otros. En medio, está el resucitado, dando aliento y fuerza. Si olvidamos esto, se debilita la raíz de nuestra esperanza».

Es una gracia grande, caminar por la vida,
bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
participando de su vida y de su misión salvadora,
con la certeza de que él está y camina con nosotros.

Hna. Mª del Carmen Martínez