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COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C

4 octubre, 2022

Lc 17-11-19

Hoy estamos celebrando el 28 domingo del tiempo ordinario, la primera lectura y el evangelio muestran una gran coincidencia: el amor misericordioso de Dios se manifiesta mediante la curación de unos leprosos y la sanación de Naamán, quien pide bañarse en el Jordán sabiendo con certeza que, con solo bañarse en el río, él recobraría la salud. Jesús en el camino se encuentra a los 10 leprosos a quienes cura por pura misericordia, de 10 que eran, solo uno regresa agradecido porque ha escuchado con el corazón las palabras de Jesús “Levántate, vete, tu fe te ha salvado”.

  • ¿Siento la necesidad de acudir a Dios para agradecer lo que cada día recibo de Él?
  • ¿Me levanto del pecado para ir en su busca?

Dar las gracias es signo de gratuidad para con Dios que ha puesto la mirada en el ser humano frágil que necesita de él para recobrar la salud… Por ello el cántico inspira a poner la mirada en él y decirle gracias por ese amor incondicional y eterno que tiene para cada persona. Exige una sola cosa, la conversión, para ser como Naamán, un necesitado de su compasión y misericordia. La vida solo depende de Dios, curar es obra suya, pedir con humildad la curación con la plena confianza en Dios que camina a nuestro lado y nos muestra el verdadero camino de santidad. Seguir sus pasos con convicción, Dios ha llamado a cada persona para estar libre de ataduras para ver el rostro de Dios en el hermano que vive, trabaja y sale al encuentro, porque la verdadera caridad y fraternidad se manifiestan y expresan en prácticas cotidianas.

Los 10 leprosos curados disfrutaron de su curación por la prisa y alegría, olvidaron regresar para agradecerle a Dios, uno de ellos es quien regresa y su presencia es signo de humildad, sencillez, valentía y apertura de corazón. Ahora es momento de preguntarse:

  • ¿Yo le he pedido a Dios que me sane del egoísmo y de la falta de caridad contra mi prójimo?
  • ¿En qué me entretengo en lugar de ir a agradecer o bien que me distrae de ser agradecida?
  • ¿Dejo como Naamán que la autosuficiencia pueda más en mí que el abandono en la voluntad del Padre?

Como el salmista repito: gracias por mirarme Señor y porque yo me he dejado seducir por ti y voy experimentando la curación gracias a tu amor y tu misericordia.

Hna. María Eugenia Robles Canahui
Guatemala Santa Cruz del Quiché.