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COMENTARIO AL EVANGELIO – BAUTISMO DE JESUS

3 enero, 2023

Mt. 3, 13-17

«Por entonces vino Jesús de Galilea al Jordán, para encontrar a Juan y para que éste lo bautizara. Juan quiso disuadirlo y le dijo: «¿Tú vienes a mí? Soy yo quien necesita ser bautizado por ti.»
Jesús le respondió: «Deja que hagamos así por ahora. De este modo cumpliremos todo como debe hacerse.» Entonces Juan aceptó.
Una vez bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los Cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Al mismo tiempo se oyó una voz del cielo que decía: «Este es mi Hijo, el Amado; en él me complazco.»»

La lectura de hoy nos muestra como en el Plan de Dios todo tiene un tiempo y un lugar para acontecer. Nada es ajeno a su mirada; también para su Hijo amado se cumple la Palabra, y ahí está Jesús a orillas del Jordán esperando ser bautizado.

Juan no comprende bien su pedido porque lo reconoce como alguien más importante que él; pero nada debe cambiarse porque todo tiene un sentido especial y único: sumergirse en las aguas para pasar de una historia de vida tranquila, apacible a otra que marca el comienzo de su vida pública, de su misión de servicio y anuncio del Evangelio.

Podemos describir este paso de Jesús por el río Jordán con una imagen que nos invita a pensar que pasa de un páramo desierto y sin vida a la pradera; con las características propias de cada uno, desde la aridez al verde esplendoroso en colores y aromas.
Este cambio de Jesús, Hombre y Hermano, solo es posible después de hundirse y salir de las aguas del río, renovado y fortalecido por la fuerza del Espíritu Santo para seguir su camino, transformándonos a cada paso desde el amor. ¡SÍ! Solo desde el amor que sana, comprende, anima y sostiene sin preguntar nada, solo porque nos ama sin medida.

He aquí el verdadero sentido del Bautismo de Jesús… la salvación de la humanidad está en camino. Una vez más el Mesías nos sorprende con hechos, gestos, palabras que nos hablan de un Dios cercano que hace posible lo imposible.

Meditar este pasaje de San Mateo nos lleva a revivir el sentido de nuestro Bautismo, las palabras que Dios pronuncia sobre su Hijo también las pronuncia sobre cada uno de nosotros cuando somos bautizados. ¡Qué alegría tan grande saber la confianza que nos tiene y la invitación que nos hace para ser y hacer Iglesia!

Ahora bien, ¿recordamos esa invitación?, ¿qué hacemos para mantener viva la Luz que recibimos ese día?, ¿somos verdaderos testigos en nuestras comunidades?

Este domingo que recordamos el Bautismo de Jesús, también es nuestro paso de la oscuridad a la Vida de gracia que nos da el Sacramento; y es una oportunidad para renovar nuestras promesas bautismales y compromiso, con el deseo profundo de abrazar el proyecto de vida que Dios tiene para cada uno.

Pidámosle al Señor, entonces, que podamos vivir en plenitud la misión que nos ha confiado, con la fuerza del Espíritu Santo que nos impulsa, para anunciar en todo lugar su presencia con alegría, y esperanza.

María Cristina Saullo
Pcia. Santa Rosa de Lima
Colegio Santo Domingo (Ramos Mejía)