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CAPÍTULO GENERAL

17 agosto, 2018

El XXVI Capítulo General-XXIV Capítulo General Electivo de la Congregación de Hermanas Dominicas de la Anunciata ha concluido.

El día 15, Fiesta de la Asunción de María, 162 Aniversario de la Fundación de la Congregación por San Francisco Coll fue un día intenso de trabajo hasta bien entrada la noche. Aprobación de textos de los Bloques de las Actas, Acuerdos….  lectura del Texto total de las Actas capitulares….. para concluir al día siguiente con la firma de las Actas de Sesiones y las Actas capitulares, siguiendo el último voto con el que  se declara cerrado el Capítulo.

Dicen las Constituciones al respecto:

Las decisiones del capítulo general serán firmadas por todas las vocales, selladas con el sello de la Congregación y promulgadas por la priora general que resulte elegida. Obligan como de constitución pues tiene como fin exclusivo su mejor observancia.

Todas las hermanas que tomen parte en el capítulo han de guardar secreto sobre aquellos asuntos que puedan ocasionar daño y perjuicio a la Congregación o a las hermanas. La presidenta podrá determinar si alguna otra cosa debe ser tenida en secreto.

El capítulo se prolongará el tiempo necesario para despachar los asuntos que debe tratar. Un último voto lo declarará cerrado.

La priora general, H. Ana Belén Verísimo, ha dirigido un saludo a las Hermanas capitulares, extensivo a todas las Hermanas de la Congregación. Antes de comenzar se ha entonado el canto Id y proclamad.

Destacamos algunos párrafos de sus palabras:

¡Id y proclamad! ¡Proclamad la Salvación! Sed testigos de SU Amor en los diversos lugares del mundo donde estamos presentes. Y sed testigos también de mi cariño a cada una de las hermanas, aunque no conozca a todas.

Nuestra vida en sí ya es predicación. El lema del Capítulo que acaba de finalizar, nos dice que somos convocadas a evangelizarnos y evangelizar hoy en comunión dentro de la diversidad. Estamos convocadas por el Dios de la Vida, Padre, Hijo y Espíritu Santo, a experimentar el Amor y a vivir entre nosotras y en medio del mundo el Amor. Somos convocadas a proclamar que vale la pena y la alegría ser mujeres consagradas a Dios, vivir el Evangelio, empeñarnos y apostar por un mundo justo, donde se pueda vivir la paz y la unión entre los pueblos, buscar el bien para todos, cuidar la “casa común”

¡Hermanas! Hemos finalizado el Capítulo y no puedo dejar de agradecer todo lo que en estos días he recibido y compartido con cada una de vosotras. El trabajo no ha sido fácil, sobre todo al principio, pero cuando las determinaciones y los esfuerzos se hacen por el bien de la Congregación, los resultados siempre son un don que Dios nos regala. Y eso es lo que llevamos cada una de nosotras a nuestras comunidades, a nuestras hermanas.

Agradecimiento muy especial a las hermanas de la comunidad  que no escatiman detalles para que estemos bien en todos los sentidos. Y no quiero dejar de tener presente a nuestras hermanas de la enfermería. Ellas en silencio y oración nos han estado acompañando. El agradecimiento también a la H. Mª Natividad y su consejo, que durante el sexenio que ha finalizado, dinamizaron la vida de la Congregación.

Traigo en este momento a cada una de las hermanas de las comunidades, de todos los rincones donde la Anunciata está presente. Todas os habéis hecho cercanas en este tiempo de gracia.

Desde la Sala Capitular nos dirigimos a la Iglesia de la Casa Madre en clima de oración. Encabeza la procesión la Luz y la Palabra. Cada capitular lleva la hoja que depositó al inicio del Capítulo en el árbol de La Anunciata que ha presidido todas las Asambleas capitulares. Cantando «La Palabra que diste a los hombres» llegamos a la Iglesia. Cada hermana ha dejado a los pies de la Luz y la Palabra la hoja. Se ha escuchado la Palabra de Dios: I Corintios 12, 4-11: hay diversidad de ministerios, de dones…. pero un mismo Espíritu.

Seguidamente, un gesto de comunión en el que la priora general, ex generales, prioras provinciales y superiora del vicariato han lanzado ovillos de lana a las capitulares y se ha ido formando una red de comunión que quiere ir más allá del gesto, más allá de la Iglesia de Vic, quiere llegar a cada comunidad en cada lugar de los 20 países en donde está presente la Congregación. Acompañaba el gesto la canción del mensajero: «es hermoso ver bajar de la montaña los pies del mensajero de la paz».

Con el canto solemne SANTO FUNDADOR, finalizó la celebración llena de sentido congregacional.

Después los abrazos, despedidas….. dieron por finalizada esta etapa importante de la vida de la Congregación, el XXVI CAPÍTULO GENERAL.

Desde este medio queremos agradecer a quienes han hecho posible realizar estas comunicaciones en la web, quien ha hecho las reseñas, quien ha facilitado las fotos, a la cronista…. GRACIAS.