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¡Bendecid con nosotras al Señor porque ha puesto su mirada de amor sobre nosotras, asociándonos a su obra de salvación!

Después de 3 años de experiencia con las hermanas Dominicas de la Anunciata como postulantes y novicias, el Señor nos ha concedido el don de desear  dar un paso más en nuestra relación con él. Así, el 24 de junio de 2017, Tania DEH, Marcelline FIFAME, Juliette e Irène AGBO pronunciamos por primera vez públicamente los  votos en las manos de la Superiora  del Vicariato, Sr Carmen Bosch.

La ceremonia de nuestra profesión fue precedida de un retiro ignaciano de ocho días. Sí, fue necesario para una relectura tranquila y silenciosa de nuestra vida. La seriedad del compromiso que íbamos a hacer con Jesús dentro de poco, se fue reafirmando y precisando. Nuestro sí era cada vez más realista. Este retiro fue realmente, una verdadera preparación inmediata a nuestra profesión. Además de este retiro, la comunidad queriendo acompañarnos en nuestro compromiso, organizó un Triduo de oración simbólicamente vivido que terminó a los pies de la Virgen María, en un Santuario del lugar.

En la víspera de nuestra profesión, la Superiora del Vicariato, en la sencilla ceremonia de la entrega del hábito, nos alentó a un compromiso serio que requiere fidelidad en los buenos y malos momentos que se entrelazan en el día a día de nuestra vida. También ella nos recordó la urgencia de remar contra corriente ante las seducciones de la moda de nuestro tiempo. Por supuesto en su discurso, no dejo de darnos el significado de los colores de nuestro hábito dominicano. Fue durante el rezo de Completas.

Por fin el gran día, 24/06/2017 se abrió ante nosotras. Con el corazón ardiente y entusiasmado nos preparamos contra viento y marea para salir al encuentro de Jesús. Nada podía impedir nuestro gozo y nuestra determinación. De hecho en este día, una lluvia torrencial cayó sobre nuestra ciudad y no paraba. A pesar de la lluvia, estábamos rodeadas por el afecto de nuestras hermanas y hermanos, amigos y conocidos llegados de todos los lugares. Ellos fueron capaces de hacer frente a la lluvia.

Fue en este clima que reiteramos al Señor nuestro amor, materializado por el compromiso de configurar nuestra vida a la suya. La ceremonia tuvo lugar en la capilla del noviciado. Estaba muy bonita y decorada por el simbolismo de las velas encendidas que cada una puso en el altar del sacrificio. Fue nuestra respuesta afirmativa a la voluntad de Dios que quiere asociarnos a su obra redentora. Y también una manera de poner ante su gracia la luz de nuestro bautismo para que ella la mantenga siempre encendida.

El sacerdote de la parroquia de Todos los Santos de Bonoua, P. Paul VANGAH presidió la ceremonia. El predicador fue el hermano Romaric, Dominico. Con palabras accesibles a todos, nos instó a la compasión y misericordia Dominicana, a la verdad característica de la Orden que no se puede aprender sino es a través de la escucha y la meditación asidua de la Palabra de Dios, el encuentro constante  con Dios, el estudio y la renuncia.

La celebración terminó con danzas al ritmo de canciones de acción de gracias para dar sencillamente gracias a Dios.

Nuestro agradecimiento también fue para toda la Congregación, que a través de las hermanas del Vicariato presentes en Costa de Marfil, nos dio la bienvenida.

Las Hermanas Tania, Marcelline, Juliette, Irène