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50 AÑOS AGRADECIENDO, SONRIENDO, REZANDO

28 mayo, 2015

                                                                     Queremos ser hijas fieles a la Iglesia

                                                                             y proclamar la aventura de la fe

                                                                           la misma fe que sostuvo tu vida

                                                                      y fruto de esta tu familia hizo crecer.

 

Desde distintos lugares de la Congregación, nos hemos reunido para vivir esta FIESTA PROLONGADA y celebrar nuestra fidelidad al Señor.

Agradeciendo, esta invitación del Señor que nos llamó a vivir el carisma del  P. Coll en la Congregación de Dominicas de la Anunciata.

Sonriendo, porque en nuestra madurez de vida, hemos descubierto que la vida tiene sentido cuando te entregas y contagias tu felicidad y plenitud de vida a otros.

Rezando, porque sabes que Aquel a quien has puesto tu confianza nunca te abandonó ni te abandonará, caminó y caminará contigo durante toda la vida.

Con el corazón dispuesto, compartimos y vivimos estos días plenos de alegría, gozo, experiencias, sabiduría, reflexión, oración, gracia, porque este acontecimiento nos transformó desde adentro y hemos sido capaces de crecer con calidad y radicalidad evangélica.

Dichosas con este itinerario  y con mucha humildad, iniciamos esta peregrinación hacia los lugares más significativos para nosotras, para revitalizar nuestra fidelidad, dando testimonio de Cristo resucitado a todos los que encontramos en nuestro caminar diario.

Agradecemos a todas las Hermanas que nos han acogido en sus Comunidades a las Hermanas que han preparado detalles inolvidables, a las Hermanas  que nos dieron temas de reflexión, que con su sabiduría nos hicieron revivir la Comunión en la Congregación. A las Hermanas del Consejo General y de nuestras Comunidades de origen que han hecho posible este reencuentro para renovar nuestro Si con alegría. A todos y a todas muchas gracias, y dispuestas siempre a sembrar la esperanza y la alegría de nuestra fidelidad a Dios y a los Hermanos en nuestras comunidades.

     H. Elsa Astorga