COMUNIDADES CON ESPECIAL MISIÓN FORMADORA

Todas las comunidades son formadoras ya que juegan un papel fundamental en el crecimiento humano y teologal de sus miembros; proporcionan el humus adecuado para que cada hermana viva plenamente su consagración. El P. Coll quería que formáramos un cuerpo, totalmente interconectado y unido sólidamente por la caridad. En ese cuerpo, siendo cada una primera responsable de su propia formación, todas debemos sentirnos también responsables de nuestras hermanas (cf NL 164, II).

Partiendo de esta afirmación, somos también conscientes que hay comunidades que tienen una especial misión formadora, por contar con hermanas que se encuentran en los años de su formación inicial. Nuestras Leyes a ello se refieren cuando dicen: “En todas las casas debe reinar una vida comunitaria de verdadera fraternidad, espíritu abierto y universal, vivencia de los consejos evangélicos y equilibrio entre oración, apostolado y trabajo. Pero de modo especial esto ha de ser exigencia constante de aquellas comunidades cuyo objetivo es acoger a las formadas en sus primeros años. Deben además estar abiertas a la gradual y activa participación de las jóvenes en la vida comunitaria y a los nuevos valores que éstas puedan aportar” (n. 165, I).

Reunimos en este apartado algunos recursos para la reflexión de las comunidades con especial misión formadora. comun