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COMENTARIO AL EVANGELIO XI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO 13 DE JUNIO

8 junio, 2021

Mc 4, 26-34

El Evangelio de hoy nos invita  a meditar sobre dos parábolas: en la primera; la semilla  crece por sí misma, y la segunda se refiere a la más pequeña, la del grano de mostaza.

En la primera parábola, el sembrador esparce la semilla en la tierra, y espera  que eche fruto.

Este texto nos invita a que seamos como ese sembrador que tiene  una actitud de espera  paciente, de confianza y esperanza, porque  confía en las bondades  y la calidad de la semilla, así como el  de la tierra,  que fue preparada en su tiempo.

En varias oportunidades, no vemos los frutos de nuestro esfuerzo, estamos ansiosos por querer tener resultados rápidos y hoy más que nunca debemos de aprender a confiar, a esperar, pues es Dios quien actúa sobre nuestras vidas.

Por otro lado, en la parábola de la semilla más pequeña, la del grano de mostaza, después  de un tiempo se convierte en una gran planta. Esta  semilla simboliza la palabra de Dios, la que nos hace crecer, la que nos da vida, por eso debemos alimentarnos de ella y meditarla, así nuestra vida interior va creciendo y  fortaleciéndose. Nos enseña  a valorar las cosas  pequeñas, a confiar en la fuerza interior de Dios y dejarnos sorprender por lo que nos ofrece.

Como toda semilla, necesita de los cuidados necesarios, como la luz, el agua, los nutrientes para poder crecer y convertirse en una gran planta que preste su vida al servicio de los demás, como aquellas aves que pudieron cobijarse bajo su sombra.

Solo si  tenemos esa disposición de dejar entrar a Dios  en nuestras vidas y que se haga su voluntad en el tiempo que necesite, seremos instrumentos  de Él para seguir trabajando en la construcción de su Reino.

Cynthia E. Salinas Inca
Directivo I.E.P. “Francisco Coll”
Los Cipreses -Lima