NOTICIAS

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B 17 DE ENERO

12 enero, 2021

 1Sam 3, 3b-10.19; 1Cor6,13c-15ª.17-20 y Jn 1,35-42

Las lecturas de este domingo nos hablan de la vocación, la llamada. En la primera lectura Dios llama a Samuel en forma personal, lo llama por su nombre “Samuel, Samuel” y así sigue llamando hoy en día, a través de intermediarios que nos ayudan a descubrir o reconocer la voz de Dios que nos llama a una misión.

El salmo 39, vemos como el salmista muestra una fe autentica que le lleva a ponerse a la voluntad de Dios, una obediencia que le lleva a la plenitud, a la verdad, no al sometimiento, sino a la libertad.

La segunda lectura nos invita a vivir una vida en Cristo, una vida que responde a la llamada de Dios. Nuestro cuerpo es templo  donde habita Jesús y quiere permanecer siempre, por ello debemos de velar por la integridad de la persona en especial del pobre y más débil.

En el evangelio volvemos a encontrarnos con la Palabra vocación, llamada; Y tanto en la primera lectura del llamado del Joven Samuel como la de Andrés y Pedro hay intermediarios que ayudan a trazar el camino para que tengan esta linda y profunda experiencia de Dios.

Juan el Bautista esta con sus discípulos y al ver pasar a Jesús dice: “He ahí el Cordero de Dios” los dos discípulos al oír esas palabras no se quedaron pasivos, se pusieron en marcha, siguieron a Jesús, es aquí donde comienza la gran experiencia del encuentro, “Jesús les pregunta: “¿Qué buscáis? Y hay una respuesta de los discípulos: “Maestro, ¿Dónde vives? La invitación de Jesús: “Venid y veréis”, los dos discípulos aceptan esta invitación, “Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día”. Esta experiencia de encuentro y de permanecer en Jesús lleva a algo más, a una transformación en el vivir diario, arde nuestro corazón y tenemos que invitar a otros. Así hizo Andrés, va a contarle a su hermano Simón que ha encontrado al Mesías y lo lleva con él, pasa algo maravilloso, una mirada penetrante de Jesús hacia Simón, una mirada que dice mucho, te atrae y te convoca y le dice estas palabras: “Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas” el cambio de nombre, implica un camino, una misión.

Desde luego que seguir a Jesús implica camino, transformación, impulso a actuar en nuestra historia en nuestro entorno como Jesús, con sus actitudes, luchando por un mundo mejor. Donde haya paz, igualdad y justicia; defendiendo siempre la dignidad humana, optando siempre por el abandonado, el abatido, el que no tiene nada.

Nos quedamos con estos interrogantes: ¿Qué estoy buscando?, ¿Cómo está mi encuentro personal con Jesús, estoy compartiendo esta experiencia? ¿Estoy animando a otros y otras a seguir a Jesús?

Señor, te queremos dar gracias por las personas que nos han llevado hacia ti, que han vivido ese encuentro profundo contigo y nos lo han compartido, ayúdanos a nosotras a ser transmisoras de este gozo. Así sea.

Marlene Guadrón Castillo

Provincia San Raimundo de Peñafort